Zombi, ciudad de vacaciones
A Steve Barker y a su guionista, Paul Gerstenberger, les interesa poco ahondar en la metáfora. Solo quieren acción y sangre fresca
En 1933, Merian C. Cooper y Ernst B. Schoedsack imaginaron en King Kong la mezcla perfecta entre el cine de expediciones científicas y el cine de terror. La egolatría del hombre, el colonialismo y el imperialismo, expresados en la desigual lucha entre la vanidad del ser humano y la inocencia de una bestia. Una película que, inspirada en el clásico del cine mudo El mundo perdido, es posible que siga sirviendo para expresar subtextos semejantes si nos atenemos a la esencia y al desarrollo de Generación Z, película británica de saldo, que apunta asuntos interesantes sin luego ser capaz de articularlos con la menor capacidad visual o de análisis políticosocial.
GENERACIÓN Z
Dirección: Steve Barker.
Intérpretes: Dougray Scott, Jessica De Gouw, Martin McCann, Claire Goose.
Género: ciencia ficción. Reino Unido, 2015.
Duración: 95 minutos.
Como en los títulos reseñados y, naturalmente, como en Parque Jurásico y sus secuelas (y nuevas versiones), aunque acudiendo una vez más a la moda de los muertos vivientes (después de ver a los personajes de Jane Austen cazando zombis ya nada sorprende), Generación Z reincide en la materia. Diez años después la pandemia más mortal de la historia, los zombis supervivientes, como el gran gorila y los dinosaurios, habitan una recóndita isla de la que no pueden escapar, pero a la que, como una atracción para gente rica, se puede acudir para desplegar la furia cobarde y la absurda diversión disparando entre ceja y ceja a un muerto tambaleante. Como un moderno y hortera resort (se llama Rezort), como una ciudad de vacaciones.
Las recientes polémicas con los safaris de África y las fotos en pose con las bestias están para aprovecharlas, y por ahí reflotan también imágenes que pueden hacer pensar en paralelismos con el cruce de fronteras, las alambradas y los refugiados. Sin embargo, a Steve Barker y a su guionista, Paul Gerstenberger, les interesa poco ahondar en la metáfora. Solo quieren acción y sangre fresca. Componer una película zombi para una platea zombi.