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ARTE

El diablo en los detalles

El cineasta de culto Harun Farocki cultivó muchas de las corrientes, estrategias y géneros de los últimos 40 años. El IVAM recoge su obra por primera vez en España

'Serious Games' (2010), de Harun Farocki.
'Serious Games' (2010), de Harun Farocki.

Habrá que revisar la historiografía del cine y el vídeo dentro del museo para incluir definitivamente la obra estelar de uno de los autores más laboriosos e iluminadores del llamado independent media art, una etiqueta cada vez más mancillada y difícil de sostener en la actual cultura promocional. La trayectoria del alemán Harun Farocki (1944-2014) consuma muchas de las corrientes, estrategias y géneros de los nuevos formatos de los últimos 40 años: narrativa experimental, crítica a los medios, documental activista, exploración e investigación técnica, performance… Un medio, el cine, que amalgama el pluralismo fin-de-siècle y que relata vivazmente la relación del yo con la historia, la memoria y la imagen construida: el cómo nos vemos y definimos hacia el otro, cómo miramos y, sobre todo, la manera en que fabricamos e insertamos las mitologías modernas dentro de los sistemas de representación histórico-económicos.

La retrospectiva que presenta el Instituto Valenciano de Arte Moderno, en colaboración con la Fundació Tàpies, recoge por primera vez en España la obra de este autor de culto —si bien un culto diferente al de los más expresionistas y teatrales Fassbinder y Herzog— que destacó no sólo como director, también como crítico, en revistas como Filmkritik y Trafic. Algunos de estos testimonios prologan el recorrido, que comienza con sus películas militantes y programas de televisión. Muchas son alegorías, más que moralizantes juicios directos, de los terribles fantasmas que genera el imperialismo norteamericano, y nos avanzan algunas de sus mejores cintas sobre la dimensión ambiental de la ecología mediática, que mutó sigilosamente desde la radio a la televisión y, después, a los videojuegos.

Harun Farocki, 'Inextinguishable Fire', 1969.
Harun Farocki, 'Inextinguishable Fire', 1969.

La exposición del IVAM contiene activismo y muchas cosas más (en este sentido, la que complementa la Tàpies abordará aspectos relacionados con los lugares de trabajo en los espacios del poscapitalismo —que hoy se confunden de manera perversa con los entornos de aprendizaje y motivación— y recuerda aquella sentencia futurista de Marinetti que, parafraseada, nos dice que la videovigilancia y las tecnologías de guerra son más peligrosas que un automóvil rugiente que parece funcionar con metralla. Para Harun Farocki, las Samotracias modernas generan una cantidad de imágenes operativas que “no están hechas ni para entretener ni para informar”.

Basándose en material documental de la guerra del Golfo (1991), Farocki crea Auge / Maschine (2000-2003), Ich glaubte Gefangene zu sehen (2000) y Die Schöpfer der Einkaufswelten (2001). El uso de la doble pantalla —que tiene un precedente en la cinta de Godard Numéro deux (1975)— le permite ensamblar imágenes, Serious Games (2009-2010), Parallele (2012-2014), como forma de observar la realidad dentro de una nube idealizada. Esta vez es el diablo, y no Dios, quien está en los detalles: en la representación de la naturaleza, en las escenas de guerra, en el movimiento del cuerpo, en la mesa de trabajo. El espectador pondrá a prueba su poder de observación.

Harun Farocki. Lo que está en juego. IVAM. Valencia. Hasta el 22 de mayo.

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