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Muere el director François Dupeyron a los 65 años

El francés firmó películas como ‘El pabellón de los oficiales’ y ‘El señor Ibrahim y las flores del Corán’

Álex Vicente
El director de cine francés François Dupeyron, en Cannes, en 2009.
El director de cine francés François Dupeyron, en Cannes, en 2009.MARTIN BUREAU (AFP)

El cineasta francés François Dupeyron ha fallecido este jueves en París a los 65 años tras una enfermedad. Nacido en 1950 en Tartas, en Las Landas francesa, Dupeyron empezó su carrera en el teatro, antes de fundar el colectivo Cinélutte, de inspiración marxista y surgido tras el Mayo del 68, con el que firmó distintos cortometrajes ambientados en el mundo obrero, pensados como un testimonio de la lucha por sus derechos durante los setenta. Su trayectoria en el cine francés le llevó por otros derroteros, pero Dupeyron siempre siguió ligado al destino de los excluidos, los desvalidos y los descastados, ya fueran proletarios, campesinos o inmigrantes.

A lo largo de su carrera, ligeramente errática y situada en un flanco algo marginal del cine de autor, Dupeyron rodó nueve largometrajes. Su debut con Un extraño lugar para un encuentro (1988) fue, pese a todo, uno de los más sonados de finales de los ochenta. La protagonizaron las mayores estrellas del momento, Catherine Deneuve y Gérard Depardieu, interpretando a dos personajes que se cruzaban por azar en un área de servicio en la autopista. Pese a un rodaje que todas las partes implicadas califican como difícil a causa de la inexperiencia y el carácter hipersensible de su autor, la película se terminó convirtiendo en un éxito y convirtió a Dupeyron en gran promesa del joven cine francés.

Mientras las puertas de las grandes producciones se abrían ante sus ojos, el cineasta prefirió tomar el camino contrario y rodó Un coeur qui bat (1991), una historia de amor situada en el metro parisiense, que rodó con intérpretes semidesconocidos y se hundió en la taquilla pese a sus buenas críticas. Le siguió ¿Qué es la vida? (1998), fábula agridulce ambientada en el medio rural, que recibió la Concha de Oro en San Sebastián, pero tampoco funcionó en su país. Más repercusión tuvo El pabellón de los oficiales (2001), sobre un general que regresaba de la I Guerra Mundial con el rostro desfigurado, que relataba el drama de los llamados gueules cassées, los militares que regresaban con graves secuelas físicas del conflicto armado. La película, con banda sonora del compositor Arvo Pärt, compitió en Cannes y obtuvo seis nominaciones al César.

Más tarde, Dupeyron adaptó El señor Ibrahim y las flores del Corán (2003), la conocida novela de Éric-Emmanuel Schmitt, con Omar Sharif interpretando a un silencioso tendero musulmán que se convierte en figura paternal para un adolescente huérfano y judío en un barrio multirreligioso de París. Cineasta de marcada fibra social, Dupeyron también se interesó por el destino de los inmigrantes en Clandestino (2004), sobre un joven kurdo en camino hacia Reino Unido, y rodó una película ambientada en la banlieue parisiense, Aide-toi, le ciel t’aidera (2008).

Fragmento de la película El señor Ibrahim y las flores del Corán

El cineasta firmó una obra distinguida pero algo académica y atemporal, empeñada en no seguir nunca las modas imperantes. Dupeyron protestó repetidamente contra el sistema de producción del cine francés y denunciado sus problemas para financiar sus proyectos, criticando “la dictadura soviética de la televisión” en un sistema “que hace que la gente se vuelva idiota”. Firmó también varias novelas, además de guiones para otros cineastas, como Nicole Garcia o el mismo Depardieu, para quien escribió Un pont entre deux rives (1999), que el actor codirigió. Además, aceptó terminar el filme póstumo de Claude Berri, Un regalo para ella (2009), cuando el realizador falleció a medio rodaje.

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Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

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