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Un puente a la poesía

La de Mar García Lozano es otra manera de acercarse a la biografía del prójimo. Una manera prudente, generosa y poética

Dice Mar García Lozano, y dice bien, que son sus ojos lo que llama la atención desde la portada de sus libros. Unos ojos profundos que miran desde una lejanía que no nos pertenece. Y sus labios. Unos labios acostumbrados a la seriedad, a la cortesía, al sufrimiento que se lleva por dentro… Desde la primera página de este pequeño gran libro se tiende un puente a la poesía. La que, sin rimas ni adornos, es capaz de hacer que todo salte en pedazos, incluido el mar helado que cada uno de nosotros lleva dentro. Capaz también de crear espacios nuevos, en los que los seres humanos, siendo tan distintos, podríamos estar más cerca unos de otros. Se abre así una puerta a ese otro mundo posible que, oculto, aunque paralelo al de todos los días, tan alejado está del consumismo más chato, del odio, de la envidia o del más cobarde de los derrotismos.

Este libro no es, como anuncia el subtítulo, una imagen, sino un hermoso caleidoscopio, en cuyo juego de espejos se van desplegando detalles de la vida y de la obra de esta poeta que forma parte de la mejor tradición dentro de la literatura en lengua alemana. La de Walter Benjamin, primo hermano de Gertrud Kolmar. La de Kafka. La de todos los autores que en la Europa de los años treinta y cuarenta trataron de sobrevivir al horror. La mayoría no lo logró. Sí, en cambio, sus palabras. Como las de Mar García Lozano cuando narran el único encuentro, ficticio, de la tímida Gertrud con Else Lasker-Schüler y Georg Trakl en el Café des Westens de Berlín en 1914. O el de una enamorada Gertrud en el Hamburgo de 1934 con el mundano escritor Karl Josef Keller, del que ya no se acuerda nadie y que dejó morir su historia con ella, porque era débil y judía. Porque su aspecto no le pareció tan brillante como sus poemas.

Palabras que narran también cómo se rompe la continuidad de las vidas de cada uno de los miembros de su familia cuando sus tres hermanos, poco después de que en Alemania se quemaran los libros que el nazismo consideró degenerados, deciden huir para siempre del país. Y cómo Gertrud y su padre se quedan solos, cada vez más solos, entre estrellas amarillas y llantos. Y el amor inesperado y milagroso hacia un joven de 20 años cuando ella tiene ya 48 y no le queda más esperanza que la de seguir siendo fiel a la felicidad. La de Mar García Lozano es otra manera de acercarse a la biografía del prójimo. Una manera prudente, generosa y poética, que abre surcos y esparce semillas en la sensibilidad del lector. Con esas imágenes de toda una vida en tan sólo 70 páginas.

Campos de la despedida. Una imagen de Gertrud Kolmar. Mar García Lozano. Ediciones Torremozas. Madrid, 2015. 74 páginas. 10 euros.

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