El fiasco de la Bienal de Arte de Sevilla acaba en condena
El juez inhabilita durante dos años a gestores y patronos por una deuda de 2,3 millones y exculpa a la galerista Juana de Aizpuru
Arrancó en 2004 como una ambiciosa iniciativa, promovida por la reconocida galerista Juana de Aizpuru y el comisario Harald Szeemann (fallecido en 2005), que venía de triunfar en la Bienal de Venecia. Sin embargo, la Bienal de Sevilla sucumbió tras su tercera edición y dejó 2,3 millones de pasivo. Ahora, el juez de lo Mercantil 1 de Sevilla, Eduardo Gómez, ha declarado a los responsables de la Fundación Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla (BIACS) culpables del fiasco económico por una “defectuosa llevanza de la contabilidad”.
Siete años después de su última edición, el juez censura la gestión económica de los responsables de la cita artística, con el exgerente Luis Olivar a la cabeza. Entre los nueve patronos condenados destaca el exconsejero de la Junta de Andalucía y arquitecto Jaime Montaner.
El magistrado hace un balance severo tras las cuentas de la administradora concursal: “Discordancias entre la contabilidad y los balances de situación (...), la utilización de cuentas opacas por el importe visto y la inexistencia de documentación soporte”.
A continuación, matiza en su sentencia: “La opacidad viene referida a una cuenta con un saldo cercano a los 230.000 euros, cifra nada desdeñable en un pasivo de 2,3 millones”. Sin embargo, el juez no deduce en su fallo que las irregularidades tengan relevancia penal.
El juez inhabilita a los anteriores gestores y patronos de la BIACS para administrar bienes ajenos durante dos años. Por contra, absuelve a su expresidente Fernando Franco y a la fundadora de la bienal —y de la feria Arco— De Aizpuru y a tres patronos.
La BIACS entró en concurso de acreedores en 2012 al presentar deudas por 2,3 millones y un agujero económico de otros 1,4 millones. Las instituciones, desde el Ministerio de Cultura al Ayuntamiento de Sevilla, aportaron fondos millonarios para esta bienal durante seis años, pero el dinero público empezó a menguar en paralelo a la crisis. El juez achaca a los patronos que “debieron remediar o intentar remediar los defectos que han dado lugar a la apreciación de la causa”.
Sobre la gestión, la administradora concursal denunció ante el juez, y este le da crédito, “la ausencia de documentación (facturas, movimientos bancarios, recibos de cantidades abonadas) que sirvan como soporte”. Fernando Franco discrepa: “Lo único que he hecho es pagar, pagar y pagar. Es posible que se haya perdido alguna factura, pero la contabilidad se ha llevado perfectamente”.
Babelia
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