Un tren rumbo al disparate
La tercera película de José Corbacho y Juan Cruz, 'Incidencias', se ríe de la capacidad del ser humano de sacar lo peor de sí mismo
El día antes, España ha votado. Tras un domingo histórico, que deja el bipartidismo en crisis existencial, el lunes a José Corbacho y Juan Cruz les toca otra jornada clave: la promoción su tercera película juntos, Incidencias. Ya sea casual o no, resulta que los comicios y esta comedia hasta tienen un punto en común: el impasse. El que impide formar una mayoría de Gobierno y amenaza con un regreso a las urnas. Y el que bloquea un tren que viaja entre Barcelona y Madrid en Nochevieja, encerrando a sus pasajeros en unos pocos vagones y en sus vergüenzas. “La vida siempre te da una oportunidad de sacar lo peor de ti”, destaca Cruz como lema del filme que se estrena hoy jueves 31 de diciembre en España.
La frase recuerda aquel “cualquiera puede perder el control” que acompañó la promoción de la taquillera y aplaudida Relatos Salvajes. Y, en efecto, sus directores aseguran que Incidencias también pudo plantearse como una serie de episodios sobre el límite del disparate al que puede llegar el ánimo humano. “Está comprobado que cada vez que se para un tren se acaban, en este orden, el alcohol, la comida y los modales”, es otra de las frases que ha repetido el dúo en las entrevistas. “En este país, la gente que tiene sentido común es la más rara”, añade Cruz.
Así se lo demuestran los 11 pasajeros de un AVE donde ocurre, auténticamente, de todo: muerte, corrupción, violencia, racismo, borracheras, mentiras y amor se mezclan en poco menos de una hora y media –los directores aplicaron un pequeño recorte respecto al metraje que debutó en el festival de Valladolid-. Más corto de la media, quizás, pero perfecto para la historia que ambos querían contar y para otro objetivo: “El culo del ser humano aguanta sentado una hora y media, luego son toses”.
“La comedia te permite tocar temas jodidos. Exorcizar demonios, dramas y miserias del ser humano. Ayuda a aprender y conocerse mejor”, relatan entre los dos cineastas. Y se lanzan en una defensa aguerrida de su género y hábitat natural, en un año en que las risas han resonado en las salas (tres comedias entre los cinco filmes españoles más taquilleros, empezando por Ocho apellidos catalanes) pero no en las nominaciones a los Goya. "Seguramente en este país se hacen dramas gracias a las comedias taquilleras", reivindica Cruz. “El drama unifica mucho más, mientras que todo el mundo tiene lo que le hace gracia y te dice lo que sería divertido”, explica Corbacho.
Al fin y al cabo, ambos se miden desde hace años con el complejo reto de la carcajada. Ya sea con guiones para televisión, con su reciente primera novela a cuatro manos (People from Ibiza), con sus anteriores filmes, Tapas y Cobardes, o con sus tuits. Quizás por eso sorprenda que en Incidencias las risas escaseen. ¿Se podía esperar más? Ambos se toman la crítica con filosofía. “Bueno, con Tapas todo el mundo se esperaba menos; no sé si es que nos salió muy bien la primera película… De todos modos, con la comedia las expectativas son todavía más duras”, responde Cruz. A lo que Corbacho agrega: “No buscábamos una comedia de situaciones locas. Es una película arriesgada, que en un momento dado aprovecha para pegarte una hostia. Queremos que no deje indiferente”. A la vez, eso sí, “el objetivo principal de la película es entretener”.
Más bien, lo es ahora. Porque, por raro que parezca, Incidencias nació para crear tensión. El primer guion, firmado por Jaime Bartolomé, ganó un concurso de la productora y distribuidora Filmax con los mismos conceptos y ambientación, pero otro género: thriller. Corbacho y Cruz trabajaron luego a seis manos con el autor original para llevar el texto a su terreno. De ahí que ambos aceptaran una novedad respecto a los anteriores filmes, codirigidos y coescritos solo por ellos dos. Sin embargo, por lo demás, el dúo mantuvo ciertos hábitos: unos tres años para la realización, el tradicional feeling a la hora de rodar y aquel pase previo que siempre hacen con unos "ocho o 10" amigos íntimos, del que salen con críticas sinceras, despiadadas pero constructivas. A aquella proyección nunca pudo acudir Manel Vicaria, exjefe de prensa de Filmax fallecido justo ese día y a quien el filme homenajea. Al recordarle, a ambos se les dibuja otra sonrisa en la cara.
Es decir, que incluso ante la muerte, Corbacho y Cruz acuden a la panacea del buen humor. El mismo con el que analizan el complejo resultado de las elecciones generales. “Hay que celebrar que no haya mayoría absoluta”, apunta Corbacho. “Lo ocurrido es bueno. Que hagan política, tienen que negociar, pactar, hablar”, añade Cruz. En el fondo, los pasajeros de su tren también lo intentan. Eso sí, que el Congreso no tome nota.
Babelia
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