Agustí Fernández, el jazz poético

Agustí Fernández es el improvisador español más relevante de su generación, un músico poliédrico que, década a década, ha forjado una carrera impecable a medio camino entre el jazz, la música contemporánea y la improvisación libre. Su talento ha sido requerido y compartido por gigantes del jazz de vanguardia como Evan Parker, Mats Gustafsson, Marilyn Crispell, Peter Kowald, William Parker o Ken Vandermark, y sus propios proyectos, constantes, variados e inagotables, constituyen un corpus creativo como no se ha visto en nuestro jazz.

Fernández ha cumplido 60 años en 2015, evento que sirvió como motivo para la grabación y edición de este River, Tiger, Fire, cuando fue invitado a protagonizar una residencia de cuatro noches en el festival Ad Libitum de Varsovia, seleccionando tres proyectos suyos y dirigiendo un grupo de improvisadores polacos cuidadosamente seleccionados para la ocasión. El resultado discográfico es un exuberante disco cuádruple que sirve como catálogo estelar del arte de Fernández, tanto desde la retrospectiva como desde la novedad.

River, Tiger, Fire es una criatura tetracéfala que contiene algunas de las facetas más estimulantes –y diferentes­– de su protagonista, empezando por la desnudez y la apasionada delicadeza de El laberinto de la memoria, un acercamiento en piano solo a la música tradicional de nuestro país, tan personal como sugerente. Por otro lado, el trío Aurora, completado por el virtuoso contrabajista británico Barry Guy y el fascinante percusionista valenciano (afincado en París) Ramón López, es uno de los proyectos más duraderos de Fernández, y podríamos considerarlo la revisitación del trío de jazz más sofisticada que ha dado nuestro país en las últimas décadas. Su música mece al oyente y lo hace transitar entre la melodía, la emoción, la rotunda espontaneidad de la interactuación de los músicos y un suave tinte mediterráneo que le da un carácter muy especial al grupo.

En el otro extremo, un estreno: el del trío Thunder, encuentro de Fernández con los norteamericanos Frances-Marie Uitti (chelo) y Joel Ryan (electrónica) en busca de explorar las fronteras de la improvisación electroacústica, con los tres músicos tejiendo paisajes sonoros a partir de todas las posibilidades de cada instrumento y de los tratamientos electrónicos en directo de Ryan. Un portento de música creativa materializado en este disco de mano de un trío que resulta todo un acontecimiento en la libre improvisación internacional. Y, por último, la exclusiva formación sobriamente bautizada Ad Libitum Orchestra, un compendio de la rica cantera de improvisadores polacos con nombres de la categoría de Waclaw Zimpel, Gerard Lebik o Ksawery Wójcinski, entre otros, dirigidos por Fernández a lo largo de varias piezas al estilo de la célebre “conducción” de Lawrence “Butch” Morris, en la que composición e improvisación colectiva es sostenida y dirigida por el líder, construyendo una interacción grupal única.

Cuatro caras que, sin formar un retrato exhaustivo, sí muestran gran parte de los diferentes universos de Agustí Fernández. Un músico en constante crecimiento que, a sus sesenta años, sigue reflejando la efervescencia y proyección de un artista en su mejor momento.