Los profesionales de la cultura exigen la ley del estatuto del artista
Los partidos políticos han asumido en sus programas las peticiones de este colectivo, según la Unión de Actores y Actrices
Una ley que recoja las especificidades del colectivo de artistas, su intermitencia en el trabajo, con una modificación de la prestación por desempleo, y una nueva fiscalidad es lo que exigen los profesionales de la cultura, en un estatuto que ya ha sido presentado a los partidos políticos, desde el Partido Popular hasta Podemos, y que, según la Unión de Actores y Actrices, se han comprometido a incluirlo en sus programas electorales.
Con un 80% de paro en la profesión y un IVA cultural del 21% que está ahogando a muchas empresas del sector, el colectivo de profesionales de la cultura quiere aprovechar los cambios políticos que se avecinan en España, tras las elecciones del 20 de diciembre, para lanzar una voz de alarma sobre su precaria situación. “No queremos privilegios, somos conscientes de que con la actual ley laboral en la mano muchos trabajadores de este país se encuentran en situación de intermitencia. Lo que queremos denunciar es que la temporalidad en nuestra profesión nos va a afectar siempre, que nunca vamos a tener la posibilidad de acceder a un trabajo continuado”, ha asegurado esta mañana la directora Magüi Mira, en el curso de un encuentro que ha convocado en Madrid, en la sede de la Academia de Cine, a numerosos trabajadores de esta industria, como el cantante Raphael, los actores Alba Flores, Carlos Hipólito, Roberto Enríquez, Manuel Galiana y Víctor Clavijo y la realizadora Gracia Querejeta, entre otros.
Este estatuto del artista, un sueño para los trabajadores de la cultura desde hace años y cuyo modelo ideal está vigente en Francia, propone un cambio en la modificación en la prestación por desempleo y un modelo flexible que garantice los derechos de este sector de los trabajadores en el régimen de intermitencia al que están sometidos. “Los actores no nos sentimos especiales, ni queremos privilegios pero exigimos mejores condiciones para tener los mismos derechos que el resto de los trabajadores. Nuestro trabajo gira siempre en torno a esa intermitencia pero ese régimen, tal y como está planteado en España, nos impide desarrollar nuestra profesión con normalidad”, ha asegurado Iñaki Guevara, secretario general de la Unión de Actores. Esta intermitencia –como ejemplo, los artistas solo están dados de alta en la Seguridad Social de jueves a domingo en el caso de las obras de teatro que se representen esos días o durante las jornadas de rodaje de las series- afecta sobremanera a las actrices que se plantean la maternidad y que ven como no tienen los mismos derechos que el resto de trabajadoras con empleo.
Otro de los puntos clave de este estatuto es la exigencia de cambios en la fiscalidad de los afectados por ese régimen de intermitencia, que intercala periodos de trabajo y de no trabajo de manera permanente. Al no tener la misma perspectiva de empleo y de futuro que el resto de los trabajadores de régimen general, piden una graduación en el pago de los impuestos en cuanto a la tributación, de tal manera que el primer año se pague el 60% de los impuestos, un 30% el segundo año y el 10% restante el tercer año. “Este estatuto que pedimos no es un privilegio, ni queremos nada especial, solo buscamos contemplar la especificidad de nuestro trabajo, basada en la intermitencia, y que fiscalmente nos ayude a contemplar nuestras obligaciones de una manera más desahogada. La agencia tributaria cobraría lo mismo, solo se trata de dilatar esos pagos. De esta manera, ya que no podemos hacer planes económicos porque de antemano nadie sabe el tiempo que puede estar una obra en un teatro o lo que van a durar las series, esta nueva fiscalidad nos ayudaría a organizarnos mejor”, ha insistido Carlos Hipólito.
El cómputo de las horas de preparación y formación como tiempo trabajado y el apoyo a los actores ya jubilados, muchos de ellos en la indigencia, se incluyen también en este estatuto que pide el colectivo de artistas, que agrupa, según sus propios datos obtenidos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a 54.700 trabajadores y a otros 190.900 técnicos.
El cantante Raphael no ha podido por menos de confesar que él, tras 55 años de trabajo continuo en su profesión, no tiene problemas de este tipo pero ha defendido con ahínco la necesidad de que la profesión tenga la seguridad imprescindible para acometer su trabajo. “La gente cree que los artistas viven todos muy bien porque los ven en las fiestas, con trajes glamurosos, pero es falso. Los trajes no son ni suyos. Ya va siendo hora de que en España se proteja a los artistas”.
Todo el colectivo reunido hoy en Madrid se ha mostrado especialmente ilusionado con las promesas de los partidos políticos de que incluirían estas reivindicaciones en sus programas electorales. “Somos un sector estratégico para generar riqueza. Un país que no cuida a la cultura y sus creadores está destinado al fracaso”, ha finalizado Ángel Ruiz, secretario de Acción Sindical de la Unión de Actores.
Babelia
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