El novel Carlos Ochoa, triunfador del certamen ‘Camino hacia Las Ventas’

Carlos Ochoa, alumno de la escuela taurina de Madrid, ha sido proclamado triunfador de la cuarta edición del certamen Camino Hacia Las Ventas, cuya final se celebró en la mañana del domingo en la plaza madrileña.

Ochoa cortó las dos orejas del quinto novillo, y sus compañeros, Pablo Mora, de la escuela de Moralzarzal, y Ángel Téllez, de la escuela de Madrid, pasearon una oreja cada uno. Con un cuarto de entrada, se lidiaron erales de Jandilla, que resultaron muy blandos y nobles.

Esta novillada sin caballos ha sido la última de un ciclo de nueve, que comenzó el pasado mes de junio y que ha visitado ocho diferentes municipios madrileños, en el que han participado nueve novilleros seleccionados por las cuatro escuelas de tauromaquia de la Comunidad de Madrid.

Los tres novilleros finalistas recibirán sus premios, patrocinados por Justo Algaba y consistentes en prendas y útiles de torear, durante el acto de entrega de premios a los triunfadores de San Isidro 2015 que se celebrará la próxima temporada.

Antes del paseíllo, más de un centenar de alumnos de las cuatro escuelas taurinas de Madrid se manifestaron en el ruedo de la plaza en protesta por la decisión del Ayuntamiento de la capital de retirar la subvención de 61.200 euros a la escuela Marcial Lalanda. El gobierno municipal considera que esa cantidad anual es ‘desproporcionada’ para una media de 38 alumnos, y la concejal de Cultura justificó la medida al considerar que una actividad donde se produce maltrato animal no debe estar financiada con dinero público.

Los manifestantes protagonizaron un breve acto emotivo y reivindicativo. Aparecieron en la puerta de cuadrillas y portaban dos pancartas contra el cierre de la escuela; en una de ellas se podía leer: ‘Libertad para enseñar; libertad para aprender, libertad para crear’, y en la otra ‘Un sueño: ser torero; un deseo: libertad’. En ambas figuraba, asimismo, la leyenda ‘No al cierre de la Escuela Taurina de Madrid’.

Entre los aplausos de todos los asistentes y los gritos constantes de ‘libertad, libertad’, los alumnos recorrieron en silencio el diámetro de la plaza y así se marcharon por la puerta de arrastre.