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Holanda y Francia comprarán a medias dos cuadros de Rembrandt

El pacto pone fin a una pugna entre ambos países por unas telas que costarán 160 millones París no declaró las obras tesoro estatal y el propietario obtuvo un permiso de venta

Isabel Ferrer
Los retratos del matrimonio Soolsmans Marten Soolsmans (izquierda) y su mujer, Oopjen Coppit (1634), de Rembrandt.
Los retratos del matrimonio Soolsmans Marten Soolsmans (izquierda) y su mujer, Oopjen Coppit (1634), de Rembrandt.EFE (RIJKSMUSEUM HANDOUT)

Holanda y Francia han decidido comprar a medias dos telas de Rembrandt en posesión de la rama gala de la familia de banqueros Rothschild. El acuerdo pone fin a una semana frenética, en las que ambos países han apelado al orgullo nacional para hacerse con los retratos de Maerten Soolmas y Oopjen Coppit, que costarán 160 millones de euros. Como el Estado francés no los declaró en su día tesoros nacionales, el barón Éric de Rohtschild, heredero de las obras, obtuvo un permiso de venta. Cuando el Louvre y el ministerio de Cultura francés dijeron que no podían adquirirlos, el Rijksmuseum, de Ámsterdam, y el Gobierno holandés pujaron por “los hermanos de La ronda de noche”. La decisión molestó a sus vecinos, que han conseguido cerrar ahora un trato insólito: los cuadros colgarán por turnos en ambas salas de arte.

Según la ministra holandesa de Cultura, Jet Bussemaker, la venta fue sellada durante la Asamblea General de la ONU, celebrada estos días en Nueva York, por los mandatarios de ambos países, Mark Rutte y François Hollande. La posible pérdida de los rembrandt puso contra las cuerdas a la titular gala de Cultura, Fleur Pellerin, que debió encajar duras críticas por no conservar semejantes joyas. Cuando La Haya anunció la semana pasada que podía reunir los 160 millones de euros, Pellerin hizo la contraoferta: repartirse los gastos a razón de 80 millones cada uno y no separarlas. Tendrán que mostrarse siempre juntas. La familia Rothschild no ha firmado aún el contrato, pero ha dado el visto bueno a las condiciones. A pesar de que la reacción gala tiene algo de teatral, ahora se ha sabido que las dos ministras habían evaluado la posibilidad de una compra conjunta. Al anunciar la decisión, Bussemaker admitió haberse “apresurado al anunciar la compra (…) pero 160 millones de euros en total es una cifra enorme”.

El pasado martes, el Congreso holandés aprobó una partida de 80 millones de euros para apoyar la compra con los votos en contra de la extrema derecha, el partido de los pensionistas (50 Plus) y dos diputados independientes. El grupo prefería dedicar la suma a las ayudas a ancianos y dependientes. El Senado no se había pronunciado aún, pero la mayoría se mostraba a favor. Desde el punto de vista económico, la duda consiste ahora en saber si el Gobierno aportará los 80 millones prometidos, porque los cuadros serán exhibidos por turnos en el Louvre y el Rijksmuseum. “¿Por qué debería correr el Estado con todo ese gasto, cuando hay particulares que también pueden contribuir?”, ha dicho el ministro holandés de finanzas, Jeroen Dijsselbloem.

Maerten Soolmans y su prometida, Oopjen Coppit, fueron inmortalizados en 1634 por Rembrandt. Los cuadros pertenecieron a una familia de ricos comerciantes holandeses hasta 1877 y luego vendidos a los Rothschild por 1,5 millones de florines (30 millones de euros actuales). Soolmans había llegado a Ámsterdam desde Amberes y enseguida se hizo rico. Coppit era hija de una familia pudiente, y pidieron sendos retratos de cuerpo entero y vestidos de gala. Al estilo de la aristocracia. Fue su forma de anunciar que ellos, los nuevos ricos burgueses, eran la nueva clase alta.

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