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Los DelTonos: rock de artesanía y oficio

La banda de Hendrik Röver acaba de editar 'Salud!' y actúa esta noche en Madrid

Hendrick Röver, cantante del grupo Los DelTonos.
Hendrick Röver, cantante del grupo Los DelTonos.Carlos Rosillo

Los DelTonos, el grupo de rock liderado por Hendrik Röver (Berlín, 1966) desde hace casi treinta años, acaba de editar Salud! (Guitar Town Records), una nueva muesca sonora en un catálogo impecable, que presentan esta noche en un concierto en Madrid. Lo primero que llama la atención del disco es su portada, en la que una chica nos encañona con una enorme escopeta. Röver se muestra expresivo al hablar de esa fotografía que encontró por casualidad en Internet. Aunque lo ha buscado, todavía no sabe quién es el autor. “Si aparece, que me llame”, dice. Y se lanza a contar que para mantener al grupo por el buen camino les dice en broma: "La chica de la portada nos recuerda que si no somos buenos eso es lo que nos vamos a encontrar al volver a casa”.

El grupo cántabro celebrará sus primeras tres décadas en activo el próximo año, pero parece no querer mirar el pasar del calendario. “No creo que sea algo para destacar. No deja de ser un poco triste que la longevidad en un músico o un artista sea algo que haya que tener en cuenta. De hecho, creo que lo que más me ha ayudado a continuar en este oficio es que lo mejor está siempre por llegar. El pasado está bien, pero creo que no he escrito todavía mis mejores canciones, ni que Los DelTonos hemos hecho aún nuestros mejores conciertos".

Aunque ellos no le den la importancia que tiene, Los DelTonos forman parte de una ilustre lista de grupos veteranos que, ajenos a modas y a cualquier otra motivación que no sea la estrictamente artística, merecerían una mayor consideración por parte del gran público. Algo que les une a bandas como Sex Museum, Lagartija Nick o Los Enemigos. Precisamente Josele Santiago, miembro de estos últimos, ha escrito un emocionante texto de presentación del disco. "Josele y yo nos conocemos desde hace treinta años", afirma Röver. La idea de ver a los dos músicos embarcados en un proyecto común hará babear a más de un aficionado al rock and roll. "Sería interesante pero todavía no hemos coincidido. Yo soy muy montañoso y él es muy de Madrid aunque ahora viva en Castelldefels. Pero sí se lo he propuesto. Solo falta que saque un rato para venir a mi estudio, seguro que lo pasamos bien".

La conversación se dirige hasta la nueva hornada de grupos que en la actualidad llenan los festivales a lo largo y ancho de todo el país, bandas como Izal o Supersubmarina. "Eso es un universo paralelo que no intersecciona con el mío", sentencia. A estas alturas, huelga decir que Röver y su banda siempre han seguido su camino sin prestar atención a lo que pasaba más allá de su propia realidad musical. Este compromiso consigo mismos les llevó a abrazar la más absoluta independencia de la que ahora disfrutan. "Hemos estado en compañías pequeñas, medianas y grandes, y no hemos sido felices hasta que nos hemos pasado a la autoedición y hemos controlado todo el proceso. Tiene sus limitaciones, pero te da muchas más alegrías. Ahora mismo dudo mucho que volviera a incrustarme en la maquinaria de una compañía. Lo que más agradecí cuando pasamos a la independencia fue que ya no había discusiones bizantinas y reuniones larguísimas que al salir por la puerta ya estaban olvidadas. Ese tipo de cosas me ponían de muy mala leche. Ahora yo me lo guiso y yo me lo como. Grabamos en mi estudio, editamos cuando queremos, vendemos como nos parece trabajando con tiendas amigas y todo está controlado". Röver asegura que han vuelto "a los orígenes". "Somos artesanos de lo nuestro. Unos hacen alpargatas y nosotros hacemos disquitos".

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