Frank Gilroy, escritor, ganador del premio Pulitzer
Su obra ‘The Subject Was Roses’ triunfó en Broadway en 1964
Frank D. Gilroy, que murió el pasado sábado en Nueva York a los 89 años, aprendió su oficio en la televisión americana de los primeros cincuenta, escribiendo piezas dramáticas para programas hoy legendarios como Playhouse 90, Studio One o Dick Powell presenta, y muchos episodios para series del oeste como El hombre del rifle, Randall el justiciero y El rebelde. En 1962 ganó el Obie, el premio teatral del off Broadway, con Who’ll Save the Plowboy, una obra inspirada en su experiencia durante la Segunda Guerra Mundial, y consiguió su primer éxito televisivo un año después al crear al detective Amos Burke, que interpretaría Gene Barry en El agente Burke (Burke’s Law, 1963).
En 1964 triunfa en Broadway con The subject was roses, que estrenan Irene Dailey, Jack Albertson y Martin Sheen, a las órdenes de Ulu Grosbard. Una historia sencilla y bien contada, en torno a un joven soldado que vuelve a casa y asiste impotente al enfrentamiento entre sus padres. La función le valió el Pulitzer, tres premios Tony (Mejor obra, mejor actor – Jack Albertson - y mejor director), y el galardón de los críticos neoyorquinos, que le compararon con maestros como Eugene O’Neill o Arthur Miller. The subject was roses duró dos años en cartel (en tres teatros distintos) y se montó repetidas veces por compañías de repertorio. La revista barcelonesa Yorick publicó, en separata, una traducción al castellano bajo el título de Se hablaba de rosas.
Aquel éxito no se repetiría. That Summer, That Fall (1967), una versión libre de Fedra, con Tyne Daly e Irene Papas, ambientada en la comunidad italiana del Lower Manhattan, fue un fracaso, y lo mismo sucedió con The only game in town (1968). En 1980, Ángel Fernández Montesinos estrenó esta última en el madrileño teatro Beatriz bajo el título de Juego de noche, protagonizada por Arturo Fernández, Paula Martel y Guillermo Hidalgo.
Gilroy decidió probar fortuna en el cine. Escribió el guión de The subject was roses, que Ulu Grosbard dirigió en 1968 (aquí se estrenó como Una historia de tres extraños, con Patricia Neal retomando el rol de Irene Dailey. La versión de The only game in town, dirigida por George Stevens, con Warren Beatty y Elizabeth Taylor (aquí, El único juego en la ciudad) fue un absoluto desastre de público y crítica.
Frank D. Gilroy no tiró la toalla. Siguió escribiendo teatro, sin suerte (su ultima obra estrenada, Any Given Day, de 1993, duró diez días en cartel), publicó tres novelas y tampoco abandonó el mundo del cine. Quizás su mejor guión sea el de Los tigres del mar (The Gallant Hours, 1966), una excelente película de guerra sin batallas, dirigida por Robert Montgomery, con un gran trabajo de James Cagney como el almirante Halsey, uno de los héroes de la marina americana en el Pacífico. Como director destacan Personajes desesperados (Desperate Characters, 1971), con Shirley McLaine, película premiada en Berlín (mejor actriz, mejor guión) aunque de escaso eco; Sucedió entre las doce y las tres (From Noon Till Three, 1976), un ingenioso western en clave de comedia, basada en una de sus novelas, con Charles Bronson y Jill Ireland, y The Gig (1985), la más celebrada por la crítica, una modesta producción sobre una banda de aficionados al jazz que conoció un éxito de culto veinte años más tarde, cuando Douglas J. Cohen la convirtió en un musical estrenado en off Broadway en 2006.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.