Acción y traducción
Se trata de un ensayo visual y lingüístico articulado por las obras de 16 artistas que imprimen al recorrido una atmósfera más de incertidumbres que de seguridades
La acción de traducir se presume en una continua negociación de entendimiento, ajustando lo particular a lo universal y la diferencia a la coincidencia. El proyecto de Martin Waldmeier —que ha obtenido el premio para jóvenes comisarios del Marco— dibuja el contorno argumental de una serie de problemas que el lenguaje tiene que encarar inagotablemente como parte de un proceso condicionado. Es un arduo propósito que acierta a plantear a través de preguntas sobre los conflictos artísticos, sociales, políticos y económicos. Aunque convenidos bajo el paraguas del pluralismo cultural, estos conflictos muchas veces se fracturan y así componen el guion de la exposición: el derecho de autoría, la exactitud de la lengua en la traducción, el interés por una lengua según las políticas aperturistas, el inglés como comunicación dominante, la pérdida de información, el idioma como medio para legitimar políticas de exclusión o la pérdida de identidad, entre otras.
Se trata de un ensayo visual y lingüístico articulado por las obras de 16 artistas que imprimen al recorrido una atmósfera más de incertidumbres que de seguridades, profesadas en textos murales, documentos y manuscritos traducidos junto a fotografías y audiovisuales doblados o subtitulados en diferentes idiomas. El recorrido está plagado de imágenes y frases que se fijan en la subjetividad del espectador: “Todos los que no saben leer en español son estúpidos”, de Luis Camnitzer, o “An Artist who Cannot Speak English is No Artist”, de Mladen Stilinovic.
En su mayoría son ejercicios muy visuales y esenciales en la presentación, pero con una fuerte carga reivindicativa y emocional sobre lo propio. Inciden principalmente en cuestiones relativas al condicionante del idioma en la práctica artística, que pone en el punto de mira al inglés como lengua vehicular para la cultura global. Esta cuestión queda bien resuelta desde distintas ópticas en los trabajos de Dora García, Mladen Stilinovic, Jakup Ferri y Nicoline van Harskamp. Pero también hay silencios, incomunicación y pérdida en este recorrido por lo comunitario, que pespunta integración y descomposición. Una adecuada invitación a leer entre líneas para descubrirnos, inventarnos y (re)construirnos.
La voz del traductor. MARCO, Vigo. Hasta el 30 de agosto de 2015.
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