Otra vez en la carretera

Dice Google Maps que 2.645,762 kilómetros son los que tendrá que recorrer Supersubmarina en su próxima gira por Europa, que comenzará el 14 de octubre: Berlín, Colonia, Bochum, Bruselas, Dublín, Brighton y Londres. Incluyendo un ferry y algún peaje. Hace un par de años ya dieron un concierto en Londres, se encontraron con más de un español y llevaban tiempo pensando en salir fuera sabiendo que el éxodo continúa. A Jose (sin tilde) Chino, Chino a partir de esta línea, le emociona saber que va a volver a subirse a la furgoneta: "Vamos a disfrutar un poco de la carretera y de la convivencia entre nosotros. Vamos a volver a vernos en las mismas circunstancias que en los inicios, precariedad y todo tipo de problemas. Pero eso te planta los pies en el suelo y te hace disfrutar de tu profesión".

Antes de empezar el kilometraje, que también les llevará hacia Latinoamérica, les toca el Sonorama Ribera (y otros seis conciertos más entre agosto y septiembre). Se subirán al escenario principal del festival la noche de este viernes, a las 00.40. Y funcionan así, día a día. "No pienso demasiado en las cosas que quiero hacer, voy disfrutando mucho cada día. Notamos que seguimos progresando como músicos como y banda en conjunto; no me preocupo mucho por lo que vendrá en el futuro. El día a día es increíble".

Tanto como lo fue su consagración como grupo en agosto de 2010, sobre el escenario de la plaza del Trigo: "En el momento fue todo tan increíble y tan rápido que no nos planteamos que eso pudiera llevar a otra cosa. Fue un día bonito y lo disfrutamos, tanto el concierto como todo lo que supuso. También el ánimo que nos dio a seguir". Como lo hizo con Vetusta Morla en 2008, ese espacio bajo cuyo suelo se enfrían los barriles de algunas bodegas subterráneas, dio un espaldarazo a los baezanos. 

Esta será la cuarta vez que toquen en el Sonorama Ribera, "y es un un poco un sitio talismán, hay que corresponder", espeta Chino. No son el único grupo que habla de magia cuando se habla del festival de Aranda de Duero (Burgos). El clima que generan 45.000 personas en un pueblo que dobla su población durante esos días; el lechazo, el vino... "No sé exactamente qué es, pero el ambiente es increíble desde que paseas por la mañana". A ellos ya no les toca de día, han pasado a ocupar un espacio privilegiado a una hora privilegiada, la madrugada del viernes del festival.