El festival playero de los más jóvenes

El Arenal Sound, que nació en 2010 en la localidad castellonense de Burriana a la sombra del éxito del FIB y como apuesta política para poner en el foco de inversores una zona de playa casi virgen a 30 kilómetros al sur de Benicàssim, cumple seis años. Suficientes para consolidarse en el panorama estatal de festivales de verano y colocarse entre los más multitudinarios, si no el que más, de la temporada. En su cuarta edición batió el récord con 60.000 asistentes diarios y gracias a un cóctel que garantiza el éxito: música, playa y fiesta hasta hartar. Una semana de auténtica locura de un público básicamente español y casi adolescente para quienes el precio es un atractivo más. Las primeras entradas sin derecho a camping salieron por 30 euros y por unos 80 con acampada. El primer día de venta se despacharon 20.000 abonos. El festival es como unas vacaciones baratas en primera línea de playa y, además, con música.

El Arenal Sound ha arrancado este martes y tiene por delante seis días de desenfreno playero. La organización prevé superar este año los 50.000 sounders (como se ha denominado a sus fieles) diarios de 2014. Antes de las tres de la tarde ya habían recogido la pulsera del pase a la acampada y al recinto de conciertos unas 25.000 personas. Las primeras llegaron el lunes, aunque las entradas no se repartían hasta este martes.

Es el caso de María y Mireia, dos chicas de Xàtiva (Valencia) de 18 y 17 años, que esperan sentadas junto al camping pasado el mediodía. “Vinimos el lunes y estuvimos haciendo cola desde las cinco de la mañana”, explican. Las taquillas se abrían a las 8.00 pero los primeros eligen el mejor sitio (sombra) en el mejor camping (el que está junto al recinto y a unos metros de la playa). Ellas afrontan su primer Arenal Sound. También Natalie Diane, una madrileña de 22 años, que compró en la reventa los abonos aún más baratos. Ella es uno de los extraños casos que asegura que viene exclusivamente por la música y que espera que los festeros no molesten mucho. Mar y Juan Pedro, de 23 años y también de Valencia, van a por el tercero. “La organización ha mejorado mucho”, aseguran.

El tiempo ha ayudado a solventar errores pasados. Atrás han quedado los atascos y colapsos de 2012 provocados por la llegada masiva en una mañana de decenas de millares de jóvenes en una zona costera donde viven 10.000 personas. Fue un auténtico caos. Burriana pasa de 37.000 habitantes a 87.000 en esta semana. Ahora, los cambios en la organización para recoger las pulseras y el despliegue de autobuses casi han eliminado el problema.

La cita, no obstante, afronta un año clave. El contrato del Ayuntamiento con la empresa organizadora, I Music Festival, acaba en 2015. Lo que pase en 2016 es una incógnita tras el cambio de gobierno y después de que en la última edición pidieran reducir la afluencia. La nueva alcaldesa, la socialista María Josep Safont, quiere renegociar las condiciones y reducir gastos porque han sabido que el pasado año el festival costó 103.000 euros, 20.000 más que hace cuatro años; e ingresó 47.000, 7.000 menos que en el mismo periodo. “La intención es que el festival continúe, pero bajo otras condiciones”, dice el edil de Seguridad, Javier Gual. Desde la organización, de momento, no aclaran la continuidad del festival en la playa de Burriana.