“Forges me hace reír hasta descoyuntarme”

Miguel Zugaza (Durango, 1964) dirige el Museo del Prado desde 2002. Antes fue subdirector del Reina Sofía y de ahí pasó a dirigir el Bellas Artes de Bilbao, donde mostró sus dotes modernizadoras.

Pregunta. ¿Confesaría aquí y ahora algo inconfesable?

Respuesta. Detesto las entrevistas.

P. ¿Qué espina de la vida lleva clavada?

R. La muerte de las personas que más has querido.

P. ¿Qué es un oxímoron?, y no diga que un medicamento…

R. Por ejemplo, arte contemporáneo. Son términos antitéticos

P. ¿A qué le suena catáfora?

R. A griego. Se lo preguntaré a Emilio Lledó.

P. ¿Cómo es el viaje al centro de su alma?

R. A la velocidad de la luz. El viaje empieza por la mirada y termina en la imaginación.

P. ¿Qué le hace reír hasta descoyuntarse?

R. Forges.

P. Confiese: algo imposible que te gustaría poseer ¡ya!

R. 18 años.

P. ¿Y algo posible pero difícil de lograr?

R. Más tiempo para dedicárselo a mi familia.

P. Nos acabamos de enterar que han robado el cráneo de Murnau, el director de Nosferatu. ¿Haría algo similar para adueñarse de ideas ajenas o está sobrado con las propias?

R. No soy tan fetichista. Las ideas ajenas me interesan, pero de elegir prefiero conservar las propias y compartirlas con los demás.

P. Puestos a robar ficticiamente, dígame tres obras que trincaría para El Prado

R. Los rembrandt, vermeer y manet que robaron en Boston en el Museo Steward Gardner no quedarían mal en el Prado.

P. Para el verano y mantener su mítica melena en orden: ¿gel, gomina, espuma o cera?

R. En verano, panamá que sujeta mejor.

P. ¿En vacaciones es de mucha dieta y deporte o es más de tumbona y cervecita?

R. Espero leer esta entrevista paseando por la playa de Laga con buena compañía.