Los cuadernos de dibujo de Van Gogh irrumpen en el mercado del coleccionismo
La editorial Artika presenta en el museo del artista una cuidada edición facsímil de la parte más delicada de su obra
Los cuadernos de dibujo de Van Gogh son la joya de la corona de la colección del artista guardada por el museo que lleva su nombre en Ámterdam. Delicados, difíciles de conservar y abarrotados de esbozos a lápiz o carboncillo, son también el ejemplo más claro de la pasión por su oficio. Un autodidacta con poca paciencia pero enorme tesón, que llenó cientos de hojas para mejorar su técnica. La sala holandesa tiene en sus fondos los cuatro libritos de bolsillo donde el pintor ensayaba sin descanso. También llenó tres libretas pequeñas para la niña Betsy Tersteeg, hija de su jefe en Goupil, el marchante de arte con el que trabajó en La Haya. La editorial Artika (Barcelona) los ha reunido ahora en una cuidada edición facsímil titulada “La mirada de Van Gogh”. Destinada a coleccionistas que será también muy útil para la sala holandesa, que apenas expone los originales.
Los historiadores del arte suelen decir que el Van Gogh pintor marca el paso del siglo XIX al XX. Para el dibujante no hay época. Siempre volvía a la página en blanco, que consideraba el origen de la creación. “Por eso trabajos como el aportado hoy por la editorial española contribuye a la investigación sobre el proceso creativo de Vincent. Este museo es también un centro de conocimiento, y dado que exhibir los cuadernos originales es prácticamente imposible, reproducciones de esta calidad ayudarán a acercar el Van Gogh dibujante, el principio de todo, al público”, ha dicho Adriaan Dönszelmann, director ejecutivo de la sala. Los cuatro cuadernos del artista adulto, recorren sus etapas en Nuenen (Holanda), Amberes (Bélgica) y París y Auvers (Francia). Los de la pequeña Betsy revelan la buena mano del holandés para enseñar a los niños y su amor por la naturaleza. Están llenos de flores, pájaros y árboles. Y de entrañables garabatos de la cría.
Con una tirada de 2.998 ejemplares (a 3.500 euros) el conjunto no es una reproducción común. Está numerada, incluye 17 láminas sacadas de los libros y un volumen sobre la vida y obra del pintor. Se presenta además en un atril para que las ilustraciones puedan ser expuestas. El trabajo, hecho a mano por artesanos y utensilios originales recuperados por la editorial, ha sido posible gracias a la colaboración de la Fundación Van Gogh. Responsable del legado expuesto en el museo, ha certificado la autenticidad de las reproducciones, tan perfectas que se incluyen unos guantes para ojearlas. “Para este tipo de obras no hay crisis en el mercado editorial. Ya llevamos vendido un millar de ejemplares”, reconocen en Artika.
Babelia
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