La conquista de la periferia literaria
Después de tres fines de semana me llevo unos cuantos tesoros. Ningún autógrafo, ningún selfie literario, nada de charlas a ras de caseta. Me llevo libros y me llevo historias, que no es poco. Todos los tesoros pertenecen a la periferia de los géneros: teatro, economía, cuento o filosofía. Se los voy a presentar:
1.- Llego a la caseta 210 donde se ubica la editorial especializada en teatro La Uña Rota –siempre me ha fascinado el nombre de este sello-. Saludo a Mario y a Carlos, sus editores. Flanquean como dos torres inmensas al dramaturgo Rodrigo García que está firmando su imprescindible libro Barullo (un libro dodecafónico). A Rodrigo le apetece hablar poco de su percance animalista en el Teatro Valle Inclán y mucho de los lectores teatrales: “Existe un lector puro de teatro, sin embargo mis obras no parecen teatro y cualquier lector puede acercarse a ellas”. ¡Libreras y libreros del mundo: el teatro también se lee! “Publicar libros de teatro es una forma de mirar en los márgenes donde se encuentran voces singulares”, me explican los editores. Yo asiento, beso a Rodrigo y me llevo su “Barullo” metido en mi cabeza.
2.- Daniel Moreno es un auténtico capitán que dirige a su ejército de libros desde la caseta 265 (Capitán Swing Libros). Siempre que lo visito, le descubro liando un cigarrillo a punto de ser inhalado detrás de la caseta. Un hombre grande y orondo le ha proporcionado grandes alegrías estos días: se trata de Orson Welles. En su libro Ciudadano Welles conversa con Bogdanovich y con su mordaz humor afirma cosas como: “El escritor necesita una pluma, el pintor un pincel, el cineasta todo un ejército”.
3.- “No me siento en la periferia. ¿Alguien le habría dicho a Borges hace unos años que estaba en la periferia por escribir cuentos?”, se cuestiona Juan Casamayor –editor de Páginas de Espuma- desde la última caseta de La Feria de Libro (232). En esa caseta a uno sólo le cuentan cuentos. Los mejores probablemente de la narrativa breve actual escrita en castellano. “La especialización trae a mucha gente. No creo en los picos. A nosotros nos interesa mantener un rumor constante de lectura.” Un rumor, por cierto, alimentado por tres mujeres que pertenecen a tres generaciones y que se han unido estos días de Retiro literario: Clara Obligado (años 50), Nuria Barrios (años 60) y Samantha Schweblin (años 70).
4.- Recibir el Premio Nacional al Mejor Libro Editado en 2014 en plena feria es como recibir un Goya el día que debutas con Almodóvar. Algo así le digo a Jan Martí, editor de Blackie Books (caseta 567) que ha recibido este galardón por 101 experiencias de filosofía cotidiana de Roger-Pol Droit. “Cada vez más hay divulgadores que escriben mejor y que atraen de un modo gamberro, divertido y ameno a los lectores”, sostiene Martí. Una colección aparentemente minoritaria como La Academia ha sido la revelación de este año: ¿quién puede resistirse a un fitness filosófico que te invita a mondar una manzana con la imaginación, provocarte un dolor breve o beber y orinar a mismo tiempo?
Quiero cerrar el círculo de estos 17 días intensos y le pregunto a Dolores Redondo -la escritora que inauguró esta edición con su discurso “Lo que está por venir”- si mantiene su análisis positivo del sector: “Mantengo cada palabra. Pongamos el foco en cambiar la actitud y en dejar las quejas. Ilusionémonos.”
En los próximos días escucharán cifras y valoraciones de esta feria, qué libros se vendieron más, quiénes desgastaron bolígrafos con sus firmas. Lo importante es que lean los libros que han comprado, incluso que no se esperen otro año más para hacerse con algunos nuevos. Que lean. Que lean.
María Jesús Espinosa de los Monteros es subdirectora de elextrarradio.com
Babelia
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