Kiko Veneno: “Estamos en un momento muy interesante para la música española.”
El músico, referencia para muchos de sus colegas, encandila a sus seguidores con un concierto íntimo.
Hay un referente que los integrantes de la “nueva” escena musical citan una y otra vez. Es un catalán de bigote y canas bien peinadas con acento andaluz, que lo mismo compone, produce y canta. Se llama José María López Sanfeliu (Figueras, 1952) pero es más conocido como Kiko Veneno. Es el autor de un “himno” que el gran Camarón, con su quejío bravío, popularizó en toda España y en muchos rincones del mundo: Volando voy, volando vengo. / Por el camino, yo me entretengo. / Enamorao de la vida, que a veces duele. / si tengo frío, busco candela.
Volando llegó anoche a la mítica Joy Eslava de Madrid y, mientras hacía la prueba de sonido para el concierto íntimo que más tarde ofrecería a los Cómplices de Mahou, confesó que todavía no tenía bien definido el repertorio. “Vamos a ver: es un concierto cortito y muy peculiar. Así que dejaremos que nos guíe la mirada flamenca y con eso todo va a fluir.” Poco antes de las nueve de la noche, cogió su guitarra y se arrancó con Dice la gente. Después salió a acompañarle Raül Refree (y luego Coque Malla) y juntos tocaron temas como Joselito y, cómo no, Volando voy.
“Siempre he sido indie y siempre lo he tenido claro. Porque mi trabajo siempre ha sido una expresión personal y sincera."
En 1979, Kiko Veneno colaboró en La leyenda del tiempo, ese famoso disco que refundó el flamenco, con el cantaor de aspecto leonino al frente, instrumentos multiculturales y versos de Federico García Lorca. Antes, Kiko se había unido a los hermanos Rafael y Raimundo Amador y los tres eran el grupo Veneno. Ya en solitario, su primer LP se llamó Seré mecánico por ti. Compuso canciones para Martirio y colaboró el programa La bola de cristal. Llegaron más discos, trabajos junto a artistas hispanos y giras por América Latina. Hasta hace unos días, andaba recorriendo la geografía española al lado del uruguayo Martín Buscaglia (ambos armados con teclados, armónica, bajo, percusión, ukeleles, cazú y guitarras eléctricas) promoviendo El pimiento indomable, un disco que nació a partir del Movimiento 15-M. “Este pimiento es indomable por contestatario, divertido, sano y estimulante.”, comenta con sonrisa traviesa.
El señor Veneno se enorgullece de su independencia artística: “Siempre he sido indie y lo sigo siendo. Siempre lo he tenido claro. Porque mi trabajo siempre ha sido una expresión personal y sincera. Es verdad que he necesitado de discográficas de los medios de comunicación para que la gente conozca lo que hago. Pero hoy hago canciones de la misma manera que al principio, que siempre.”
El secreto de su maestría en la música, dice, es que siempre está pendiente de lo nuevo. Para aprender. “Estamos en un momento muy interesante para la música española. Ahí están Silvia Pérez Cruz y Rocío Márquez y Pony Bravo, por poner sólo tres ejemplos”, afirma. Su éxito lo demuestra una y otra vez en escenarios íntimos como el de anoche. Mientras hacía la prueba de sonido dijo que sólo tenía algo seguro: “con Volando Voy la gente se pone loca, hay que tocarla.”
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