Un monarca, víctima de sus pasiones y verdugo de su reino
Ignacio García pone en escena ‘Enrique VIII, La cisma de Inglaterra’, una obra de juventud de Calderón apenas representada
Bajo la apariencia de un conflicto teológico sobre la ruptura de la Iglesia anglicana, Calderón de la Barca retrató en 1627 una tragedia humana y política de dimensiones gigantescas. La ambición humana, las relaciones de poder, las bajas pasiones y la lujuria, la amoralidad. Todo cabe en La cisma de Inglaterra, este texto del más joven Calderón, (era su quinta obra escrita), que apenas ha sido representada. El director Ignacio García, empeñado en sacar a la luz toda la riqueza y variedad del patrimonio teatral español, estrena hoy viernes en la Compañía Nacional del Teatro Clásico (CNTC), en el Teatro Pavón, de Madrid, esta obra, con el título de Enrique VIII y La cisma de Inglaterra, cuya versión ha sido realizada por José Gabriel López Antuñano. Está interpretada, entre otros, por Sergio Peris-Mencheta (Enrique VIII), Mamen Camacho (Ana Bolena), Pepa Pedroche (Reina Catalina) y Joaquín Notario (Cardenal Volseo). “Es una obra fuera del canon, muy poco representada y por eso apenas conocida por el gran público. Un texto estudiado a nivel literario pero que había quedado desterrado de los escenarios”, explica su director para quien, gracias a la CNTC, vuelve “al territorio que le pertenece”.
Calderón de la Barca escribió el texto, que estrenó en la primavera de 1627, como una advertencia al entonces rey de España, Felipe IV, sobre el peligro de los lobbys que maquinaban alrededor del poder. Ignacio García y López Antuñano han tenido siempre muy presente, en el largo año de trabajo en torno a la versión de la obra, que estaban ante un texto de actualidad plena en el siglo XXI, centrándose no tanto en el drama histórico, sino en la reflexión en torno al poder, apaciguando el problema teológico y poniendo el foco directamente en la tragedia de Enrique VIII. Esta versión de La cisma de Inglaterra arranca de la motivación del director de dar respuesta a esta pregunta: ¿Es el poder político un servicio a los ciudadanos o bien una ocasión para satisfacer pasiones y colmarse de riquezas? “El debate político, que está en el centro del discurso de Calderón, fue la razón que nos hizo defender y poner en escena esta obra. Todas las preguntas que se hace Calderón son llamadas pertinentes a la conciencia”, explica García, mientras López Antuñano señala la compleja estructura de la obra del dramaturgo que años más tarde explotaría con obras como La vida es sueño, El alcalde de Zalamea o El gran teatro del mundo.
La corte del rey Enrique VIII (cuyo reinado abarcó desde 1509 hasta su muerte en 1547) comporta en el texto de Calderón una absoluta riqueza de personajes y una variedad enorme de comportamientos humanos, mostrando de manera continua la cara y la cruz de cada uno de ellos. Ahí está la fragilidad del propio monarca, un hombre que rompe toda ley moral por el puro deseo, o la reina Catalina, fuerte pero sin armas para luchar contra el torbellino de Ana Bolena, determinada y ambiciosa, o ese maquiavélico cardenal Volseo, que representa como nadie, según el actor Joaquín Notario, la “corrupción”. Sergio Peris-Mencheta está en plena labor de penetrar y entender a Enrique VIII, hombre poderoso que heredó muy joven la Corona y a la viuda de su hermano, la reina Catalina, con la que se desposó, y que ve como su mundo se desestabiliza cuando conoce a la bella y exótica Ana Bolena. “Se tambalea entre la conciencia y su deber como monarca y la necesidad de conquistar, seducir y poseer a Ana Bolena. Es un hombre frágil que se escucha poco a sí mismo y que siempre necesita de los consejos de los otros. Vive en una especie de cárcel, en la que se abre una grieta que afecta de manera directa al trono”.
Con música en directo, inspirada en las composiciones del siglo de Calderón y del propio monarca británico, y casi 9.000 entradas ya vendidas, Enrique VIII y La cisma de Inglaterra estará hasta el 26 de abril en el Teatro Pavón y será la encargada de inaugurar este verano el Festival de Teatro Clásico de Almagro.
Babelia
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