‘Chimpón’, una reflexión sobre lo absurdo de la vida y el destino

En 1965 Juan Margallo se ganaba la vida cantando (con voz de perro) las cinco canciones latinoamericanas que se sabía, entre ellas, Alma corazón y vida, haciéndose pasar por indio mapuche en un restaurante italiano de Leicester Square en Londres. Aquel mismo año Margallo, autor, actor y director, casi se embarca en un transatlántico que partía desde las islas británicas hacia un destino desconocido. El artista, siempre fascinado por la casualidad, plasma junto a su pareja de vida y obra, la actriz Petra Martínez, fragmentos de su biografía compartida en la obra ¡Chimpón! Panfleto post mortem que se representa en el teatro del Valle Inclán desde el 9 de enero hasta el 8 de febrero.

El tema principal de esta pieza teatral, dirigida por la hija de los dos actores, Olga Margallo, es la vida y la muerte y las disparatadas coincidencias en las historias personales y colectivas. Una obra contada con sentido del humor. “Todo es una casualidad brutal. Desde que el espermatozoide logra encontrarse con el óvulo. Hay una parte que decidimos pero casi todo es casual. Estamos flotando en el mar y las olas nos llevan para cada sitio”, señala Margallo. Hay dos elementos en la obra de una simbología especial: un robot y dos sillas de ruedas. Estas últimas, manejadas a veces por control remoto, parecen tomar decisiones propias. El robot, por su parte, se presenta anunciando que es programable, aunque en el transcurso del diálogo afirma: “Hace un rato vengo diciendo lo que me sale de los cojones. ¿No os dais cuenta que soy yo quien dice lo que quiere para hacer coincidir lo que digo con lo que vosotros pensáis?”. Con esta conclusión reta a los intérpretes a considerar los límites de sus pensamientos y su grado de volición.

El texto de Martínez (Linares, 1944) y Margallo (Cáceres, 1940) está hecho de fragmentos de diferentes trozos de sus vidas en las voces de los personajes Tita y JF. Las huellas que ha dejado la Guerra Civil en la vida de cada uno, por ejemplo. El padre de Margallo, que era del bando de Franco, fue salvado por un mexicano de las Brigadas Internacionales. Por su parte, el progenitor de Martínez, que era del bando republicano, fue rescatado por la esposa de un coronel franquista. “Todo es tan circunstancial”, reflexiona Margallo sobre estos cambios de destino en la vida de sus padres y suegros. “Imagínate, si hubieran fusilado a alguno de los dos no estaríamos aquí”, dice el actor.

No sabemos cuánto tiempo estaremos en este ratito de vida Olga Margallo

El recuento poético y crítico de sus biografías es reflejo de la historia de España. Hay una escena donde el personaje, Tita, narra que se ha quedado dormida en 1936 viendo pasar un desfile de Franco y despierta ahora en el siglo XXI. Confundida pregunta quién está en el poder. JF responde: “El Partido Popular”. Ella: “¿Triunfó el frente popular?”. Él: “No, el Partido Popular no salió ni con los socialistas”. Ella: “¿Antes había triunfado el socialismo?”. Él: "No, los socialistas". Sobre estos sobrevenires, Margallo comenta: “Se habla del teatro del aburdo, pero es la vida, la absurda”.

Los dos actores tienen como motor creativo el placer. “En principio pensamos en hacer lo que nos guste mucho. Hay una gran libertad al escribir y hacer el montaje”, afirma Petra Martínez. La actriz, que no cree en el mito de la cuarta pared y del actor que se ensimisma en el personaje, le da mayor importancia al diálogo que se establece con el público. La invitación calida que hace la obra es a disfrutar cada momento de vida. “No sabemos hasta cuando estaremos en este ratito de vida, y es una reflexión para vivir bien cada momento”, asegura la directora Olga Margallo. Martínez agrega: “Lo único que existe es el presente”.

“Chimpón es una palabra para rematar el final de una canción”, dice Margallo y aclara que lo de panfleto post mortém en el título hace alusión a tener una actitud de tranquilidad antes de la muerte.