Muere Andrea D´Odorico, figura clave del teatro español
El empresario, escenógrafo y director artístico falleció anoche a los 72 años en Sevilla, donde estaba de gira con su última producción
El arquitecto, diseñador escenográfico y productor teatral Andrea D’Odorico murió ayer noche en Sevilla a los 72 años de un infarto mientras estaba de gira con uno de sus últimos espectáculos; la muerte le sorprendió en plena calle, muy cerca del Teatro Lope de Vega. Había nacido en Udine en 1942. D'Odorico era graduado de Arquitectura por la prestigiosa facultad de la Universidad de Venecia y en su juventud fue alumno y un estrecho colaborador del mítico maestro arquitecto italiano Carlo Scarpa, especialista en museos y grandes exposiciones, lo que influyó de manera importante en su estética y geometrías; antes de venir a España por primera vez en 1971, el joven e inquieto Andrea pasó por varios estudios de arquitectura en Ginebra y Zurich.
A España llegó para trabajar como arquitecto y se establece definitivamente en 1972, pero ya tenía inquietudes por el mundo de la escena, que había practicado de manera voluntariosa en sus tiempos de estudiante, y fue decisivo en su futuro el temprano encuentro con Miguel Narros, director teatral de gran talento innovador con quien forma equipo y juntos forman parte del equipo fundador del Teatro Estable Castellano [TEC]. Al mismo tiempo realiza sus primeros decorados para cine y televisión y después está también en la gestación del Teatro del Arte, compañías que hoy son parte básica de la historia del teatro moderno que abarca desde los principios de la década del setenta del siglo XX a toda la transición. Su primer montaje y que ya le da renombre fue Sabor a miel (1971) al que siguen bajo la tutela artística de Narros la Antígona de Anouith; Los gigantes de la montaña de Pirandello; Hedda Gabler de Ibsen y un monumental Romeo y Julieta dirigido por el valenciano José María Morera. En esa misma escala concibió La Celestina para José Tamayo. De los montajes del TEC vale la pena citar expresamente su impronta en Así que pasen cinco años de Federico García Lorca con la colaboración del pintor José Hernández; Tío Vania de Chéjov; Don Carlos de Schiller y La dama boba de Lope de Vega.
En el Centro Dramático Nacional algunas de sus colaboraciones más elogiadas fueron Retrato de dama con perrito (Luís Riaza) y El rey de Sodoma de Fernando Arrabal y en el Teatro Español su Macbeth (Shakespeare), y Ederra de Ignacio Amestoy, la mayoría de ellas con la dirección de Narros. En el Teatro del Arte dibujó la escenografía de La danza macabra de Strindberg y de Seis personajes en busca de un autor (Pirandello); El rey Lear (Shakespeare); Don Juan Tenorio de Zorrilla y Final de partida de Samuel Beckett. Suyos fueron los decorados de Petra Regalada; Samarkanda y Séneca, todas ellas obras de Antonio Gala.
Cuando volvió al Teatro Español, D’Odorico ya consolidado como un referente magisterial de la escenografía en el teatro hispano, dibujó para La casa de Bernarda Alba dirigida por José Carlos Plaza; El castigo sin venganza (Lope de Vega); El concierto de San Ovidio (Antonio Buero Vallejo); Sueño de una noche de verano (Shakespeare) y La malquerida (Jacinto Benavente), todas ellas con Narros. En Largo viaje hacia la noche (Eugene O’Neill) la dirección fue compartida entre Narros y William Layton.
Andrea D’Odorico fue director artístico en muchos filmes, entre ellos dos de Manuel Gutiérrez Aragón: Sonámbulos y Demonios en el jardín (por la que recibió un premio en el Festival de San Sebastián); asumió esta labor directiva también en La corte del faraón de José Luís García Sánchez. En el terreno del ballet D’Odorico realizó muchas incursiones experimentales y de notable repercusión. Pueden citarse su Medea (José Granero / Manolo Sanlúcar) y su Don Juan (José Antonio / José Nieto) para el Ballet Nacional de España, así como La gitanilla (1996) basada en Miguel de Cervantes y adaptada al ballet por Narros con coreografía de Granero, estrenada en el Teatro de La Zarzuela de Madrid.
Desde 1993 ostentaba la titularidad de su empresa de producción teatral y hasta la muerte de Narros acumularon 15 grandes montajes que hicieron giras por todos los teatros españoles. En 2008 se ocupó de la produción y diseños de Tantas voces (Pirandello) dirigido por Natalia Menéndez, al que siguió Paseo romántico, dirigido por Laura Ripoll. Asumió la dirección de una lectura dramatizada de La Ilíada, de Homero y diseñó La escuela de la desobediencia, de Paco Bezerra dirigida por Luis Luque en la temporada 2011-2012. Recientemente una de sus creaciones más valoradas fue Yo, el heredero, de Eduardo De Filippo con dirección de Francesco Saponaro (2012).
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