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Danzar para sobrevivir

El baile extremo del coreógrafo Wim Vandekeybus llega a Madrid en Danza

El coreógrafo y cineasta Wim Vandekeybus.
El coreógrafo y cineasta Wim Vandekeybus.Danny Willems

Wim Vandekeybus (Herenhout, 1963), coreógrafo y cineasta belga, se mueve por instinto, un instinto que se convierte en urgencia irrefrenable. En 1987, sin ningún entrenamiento previó, ganó un Bessie Award (premio estadounidense para la danza, instaurado en 1983) con su debut en coreografía, What the body does not remember (Lo que el cuerpo no recuerda), pieza que se podrá ver en el Festival Madrid en Danza del 21 al 23 de noviembre. En esta obra, ocho bailarines se lanzan ladrillos unos a otros en un espectáculo que, visualmente, parece ser una amenaza contra la seguridad de los intérpretes. En casi 29 años de trayectoria artística, e igual número de obras para su compañía Última Vez, Wandekeybus ha plasmado un lenguaje del cuerpo en estado de riesgo, una danza que es altamente física y atrevida.

Cuando empecé tuve que inventar un lenguaje porque no tenía ningún tipo de entrenamiento en danza

Wim Vandekeybus

El artista que creció en Bélgica en una granja como el tercero de seis hijos encuentra relación entre el ambiente en que se crió y su cuestionamiento artístico sobre la pérdida del instinto en las urbes. “Mi padre era veterinario y de niño a veces, en la mitad de la noche, le ayudaba cuando alguno de los animales iba a parir porque mis manos eran más pequeñas. También teníamos caballos salvajes de Eslovenia y Rumanía, que teníamos que examinar. Aprendí mucho de los granjeros. De adolescente siempre hubo este sentido de aventura en mi día a día”, recuerda el coreógrafo cuya preparación para la danza fue la vida rural de su infancia. Su técnica de baile no comprende un lenguaje codificado como el ballet o la danza moderna.

"El cuerpo en mi obra parece agresivo, pero es simplemente directo. Crear es tomar decisiones y cada decisión se convierte en un impulso que para mí es urgente. Cuando empecé tuve que inventar un lenguaje porque no tenía ningún tipo de entrenamiento. Quería mostrar al cuerpo en estado de alerta, el instinto de supervivencia, que es una reacción corporal. Había visto shows donde se trabajaba sobre el riesgo pero de manera ficticia, así que empezamos con los bailarines a tirarnos ladrillos y a hacer cosas arriesgadas. El vocabulario se desarrolló mientras trabajábamos”, explica el coreógrafo cuyo su objetivo era hacer un espectáculo y no necesariamente una obra de danza.

Extracto de Roseland (1990), película hecha con extractos de obras de Wandekeybus, incluyendo su primera obra What the body does not remember

Ese primer proceso de creación también incluía un contenido filosófico y visual. Vandekeybus comparte que no sabía muy bien cómo trabajar, así que iba a los ensayos con fotos e ilustraciones de personas en circunstancias entre la vida y la muerte, como por ejemplo la imagen de un niño que estaba a punto de ser estrangulado por una serpiente mientras otra persona  tiraba de la cabeza del pequeño para salvarlo. “Yo estaba fascinado por la reacción corporal ante situaciones físicas extremas, donde los instintos de supervivencia tienen que salir a flote”, apunta.

También el trabajo sociológico de Jean Baudrillard en su libro Las estrategias fatales fue importante para el montaje de What the body does not remember. “Baudrillard es un autor que aún consulto y este texto en particular se convirtió en la biblia de la obra, todos los bailarines tuvieron que leer el libro”.

Frase de danza sobre el suelo en 'What the body does not remember'
Frase de danza sobre el suelo en 'What the body does not remember'Octavio Iturbe

El vocabulario que el coreógrafo desarrolló en esa primera obra también incluyó desplazamientos sobre el suelo, una técnica que ahora es común en la danza contemporánea pero que a mediados de los ochenta no había sido articulada. “Para mí, los humanos somos una especie animal, así que empecé pensando cómo sería caminar sobre cuatro patas, pero cuatro patas fuertes que empujaran el suelo, en vez de que el suelo me empuje a mí. Logramos entrenarnos tanto en este tipo de material que empezamos a influir en mucha gente”.

No soy un poeta sino alguien que cuenta un relato. Veo al cuerpo como una parábola.

Wim Vandekeybus

La calidad cinética de Wandekeybus se ha mantenido todos estos años, aunque los temas y los formatos varían. Una de las características en sus obras son los duetos entre hombre y mujer con cierta carga sexual. “Siempre hay cierto tipo de atracción entre los intérpretes pero no necesariamente sexual”.

En una de las escenas de What the body does not remember un hombre persigue a una mujer queriendo tocarla. Ella huye de él y cuando este la alcanza, ella lo evade tratando de pisarlo, la interacción es brusca y establece una relación de ‘yo quiero’ (él) y un ‘yo no me dejo’ (ella) hasta que evoluciona hacia un equilibrio de fuerzas. La situación podría ser un momento en la calle en el que una mujer es abordada por algún extraño, o la imagen (seguramente un tópico no real) de una danza de parejas muy arcaica.

El artista se ve como un relator. “No soy un poeta, sino alguien que narra algo. Veo al cuerpo como una parábola. Mi trabajo tiene un lenguaje fuerte, pero para hacer algo así hay que ser muy sensitivo”, afirma el coreógrafo que ve en la danza un medio para contar una historia, y no el fin.

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