Un recorrido por el ‘pop art’ alemán
La Schirn Kunsthalle de Fráncfort hace una retrospectiva de las obras de este estilo
"El arte pop alemán se diferencia del norteamericano y británico, donde tuvo origen, porque sus representantes comunican a través de sus obras temas de mayor trasfondo político", explica Martina Weinhart, comisaria de la exposición German Pop Art, que se puede visitar en la Schirn Kunsthalle de Fráncort hasta el 8 de febrero de 2015. En las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, Alemania occidental vivía el sopor del milagro económico tras los duros años de la Segunda Guerra Mundial, y mientras el ciudadano común reprimía el pasado nazi de su historia colectiva, los artistas preferían articular la insensatez de esa época y la transición a la sociedad de consumo. La exposición exhibe el trabajo de 32 artistas en 150 obras.
De los artistas que trataron el pasado nazi, la comisaria destaca como ejemplo la obra Nürnberger Orgie (La orgía de Nüremberg, 1966) de Thomas Bayrle, un objeto cinético en el que un brazo de madera con el símbolo nazi se impone sobre un fondo verde que asemeja filas de soldados. La pieza está acompañada por el sonido de gente gritando de júbilo. Pero Bayrle también expresó en su obra la otra cara del pop art alemán, en espacios tapizados con reproducciones de la misma imagen, que representan la propaganda masiva de objetos de consumo y los ideales de la pequeña burguesía.
La historia del arte pop en Alemania inicia en mayo de 1963 con una exhibición autogestionada por cuatro de sus mayores exponentes. Los entonces jóvenes artistas Gerhard Richter, Sigmar Polke, Konrad Lueg y Manfred Kuttner utilizaron una carnicería abandonada en el número 31A de la Kaizerstrasse de Düsseldorf, donde exhibieron su trabajo bajo el nombre de realismo capitalista. En octubre del mismo año, Richter y Lueg realizaron una performance titulada Una exhibición del arte pop alemán. Fue entonces cuando el mismo Richter utilizó e instauró el término pop art.
“Este género artístico fue un fenómeno de tipo urbano que se concentró primero en Düsseldorf y un poco tiempo después en Berlín, Múnich y Fráncfort”, explica la comisaria, que se ve atraída por el arte de los sesenta y la influencia en la actualidad de artistas como Richter y Polke (los precios de sus obras alcanzan sumas astronómicas). Otro de los motivos por los que se animó a llevar a cabo esta exposición es que aún se puede contar con la presencia física de algunos de estos artistas. “Los testigos y algunos autores de la época aún viven, esto es un privilegio”, señala la comisaria.
La exhibición no solo se concentra en los grandes nombres, sino que también muestra obras de artistas menos conocidos y que en su tiempo no lograron una gran circulación de su obra. “El mercado de compra y venta regula el arte y algunos pintores se quedan desafortunadamente en el anonimato", apunta Weinhart, y añade que se interesó particularmente por difundir la obra de mujeres artistas. "Mi trabajo ha consistido en hacer una arqueología de los años sesenta", afirma.
Las obras provienen de archivos y colecciones privadas, como el archivo de Gerhard Richter, pero también de instituciones culturales como la Pinacoteca de arte moderno de Múnich y el Museo Kunstpalast de Düsseldorf. El pop art alemán es el foco de atención también de la Tate Galley en Londres, que hasta febrero de 2015 lleva a cabo una retrospectiva de Sigmar Polke.
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