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Una pasión de juventud

Román Gubern actualiza su mítica 'Historia del cine', aparecida por primera vez en 1969 y que llevaba 10 años descatalogada

Gregorio Belinchón
Román Gubern, retratado en el Círculo de Bellas Artes en Madrid.
Román Gubern, retratado en el Círculo de Bellas Artes en Madrid.gorka lejarcegi

En 1969 la Historia del cine (Anagrama Compendium) de Román Gubern empezaba así: "El cine es, como la fotografía y el fonógrafo, un procedimiento técnico que permite al hombre asir un aspecto del mundo: el dinamismo de la realidad visible". Bien porque los principios del cine fueron, efectivamente, así de técnicos y secos, bien porque nadie vislumbraba su recorrido actual en 1969, la definición ha cambiado desde entonces hasta la postrera adenda realizada para la nueva edición, en la que Gubern comienza así el último párrafo de la obra: "El cine es hoy un mosaico de propuestas cuyo canon es la diversidad, o la pluralidad de miradas y la heterogeneidad de sensibilidades, lo que no excluye contaminaciones e hibridaciones transculturales, a veces de modo subterráneo". Es decir, que el artilugio de los hermanos Lumière ya ha superado el aspecto meramente de máquina... aunque en esa línea cultural, de lenguaje y pluralidad de propuestas, en 1969 Gubern apuntaba: "Ningún arte ha vivido en los primeros 75 años de su historia una evolución tan rica y vertiginosa". Y de todo ello aún le gusta reflexionar y hablar con pasión a Gubern (Barcelona, 1934). Ha cumplido 80 años y él se ríe un poco de su edad, ocho décadas que no aparenta por su pasión por lo audiovisual y porque no se queda quieto: al final de esta semana viajará a Casablanca, y la siguiente, a un homenaje a Cambridge. "No me aburro, no".

Hoy el cine forma parte de un sistema audiovisual muy complejo: los videoclips, las series de televisión -que algunos defienden como la vanguardia narrativa audiovisual-, los videojuegos..."

"Hoy el cine forma parte de un sistema audiovisual muy complejo: los videoclips, las series de televisión -que algunos defienden como la vanguardia narrativa audiovisual-, los videojuegos... ¿Por qué estos son el segmento más lucrativo? Hay una explicación geométrica bien sencilla: en la pantalla, cara frontal de un paralelepípedo virtual, el espectador puede actuar con los sujetos que están dentro de esa realidad virtual, una implicación personal intensa que no es obtiene con otras obras audiovisuales". El historiador regala otra perla, en este caso los videoclips musicales: "Han saqueado las herramientas del cine experimental. Si aquellos vanguardistas las usaban para agredir a la burguesía, hoy se usan para seducir: una paradoja bien triste que refleja mucho los tiempos que vivimos".

En cuanto al cine, Gubern insiste en la gran contradicción actual: "En España hay varias capitales de provincias sin salas. Y sin embargo en esas ciudades se ve más cine que antes: en las pantallas de los home cinema y en el ordenador. Se desplaza el consumo desde el soporte público hasta el privado. Es una tendencia muy fuerte en Occidente. Yo creo que un historiador en el futuro describirá nuestros días como una época neobarroca, y también pasa en el cine. Que un personaje de videojuego como Lara Croft pase al cine en el cuerpo de carne y hueso de Angelina Jolie es una novedad a recalcar, mucho más interesante que Harry Potter pase del libro al cine y de ahí al video, para ganar dinero. Hoy en día, el canon es que no hay canon".

Muchísimos cinéfilos han tenido como referencia Historia del cine, cuya última revisión se realizó en 2001. La obra estaba descatalogada. "Jorge Herralde llevaba tiempo detrás de mí para que la revisará. Yo la escribí en 1969 por encargo, y aquella edición apareció en dos tomos con profusión de fotos. Se tradujo al italiano en seguida y en la feria de Fráncfort los de Simon & Schuster me preguntaron si podía ir a Nueva York a prepararla en inglés, que ellos la editaban. Yo tenía 32 años y me pareció una montaña buscar un traductor. Fue el mayor error de mi vida profesional, en un momento además en que había pocas obras así en el mercado anglosajón". Gubern sí acabó en Estados Unidos, tras haber pasado por París antes de la publicación de esta obra, como profesor universitario en Los Ángeles y como investigador en el prestigioso MIT de Massachusetts; hoy es una de las eminencias mundiales del audiovisual. Volviendo a su volumen, una de las más conocidas de sus 40 obras, explica que esas reediciones son las culpables de su forma de "pegote". "Con el centenario hice el epílogo y ahora me toca la última sesión". Por cierto, cuando en 1969 apareció Historia del cine, no se había hecho un compendio así desde los años treinta, "porque con el cambio del mudo al sonoro algunos teóricos fueron conscientes del cambio de época".

En la revisión ha retocado "muy poco, algún adjetivo", así que casi todo permanece como en 1969, cuando escribió la obra con su conocimiento y con un cuaderno en el que había apuntado las películas que había visto el año anterior en la famosa Cinemateca parisiense dirigida por Henri Langlois. Gubern trabajaba por las mañanas en la UNESCO y por las tardes y noches veía todo lo que podía en la Cinemateca. "Creo que al final lo importante está escrito. Tal vez no haya entrado en la capilaridad de la tele que no posee el cine, pero el resto ha quedado reflejado". Gubern ha tenido que ser muy sucinto en esta adenda, saltándose cinematografías de países enteros o eludiendo nombres de cineastas españoles: "Me pidieron brevedad, que fuera consciente de que es un capítulo que debía mantener la talla de la obra". Sí aparecen sus tres cineastas favoritos actuales: Michael Haneke, Lars von Trier y David Lynch ("Me impresionó Mulholland Drive"). "Hay más. Como Víctor Erice, pero ya está mudo artìsticamente hablando, o Carlos Saura, que hoy está un poco olvidado. Yo lo defiendo con uñas y dientes, porque me parece que su carrera es coherente. La crítica joven, en cambio, le ningunea. Eso sí, creo que hay una gran generación actual: Monzón, Rodríguez, Lacuesta, Carlos Marques-Marcet, Rosales -que por fin ha abandonado su etapa esotérica, museística-... Hay muchos nombres que desgraciadamente tienen enfrente a un Gobierno en contra. El gran impulso de talento encara un IVA salvaje, de vergüenza. El Estado actual parece no quererles".

La cultura audiovisual, por encima de otras, ha triunfado en el mundo moderno"

En este último capítulo, Gubern, catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona, pregunta: "¿Llegaremos a celebrar su segundo centenario?". Él no responde en el libro, pero sí en persona: "Bueno, hoy más que nunca se habla de cine, pero no podemos perder de vista que vivimos en el sistema audiovisual interactivo. La cultura audiovisual, por encima de otras, ha triunfado en el mundo moderno. Hoy los chavales con un móvil hacen y graban de todo. Recuerdo hace 50 años al italiano Alberto Lattuada gritar: 'La cámara será como la actual pluma estilográfica". Esto ya ha ocurrido: el móvil permite la autoproducción. Esto acaba con algunas industrias como el cine porno profesional: hoy lo hacen aficionados, copiando retóricas corporales de los profesionales". Ha ganado un lenguaje. "Cierto, pero con muchos dialectos: el de Spielberg, el de Isaki Lacuesta, el de Guerín... Hay un amplio espectro". Al momento reconoce: "Demasiadas imágenes... La banalidad de las imágenes las devalúa".

Todas estas reflexiones nacen de alguien que ha convertido su pasión (el cine, los tebeos) en su objeto de estudio y en su profesión. "Emil Jannings, porque yo aún crecí con cine nazi, Marlon Brando, Paul Newman... Hay tantos actores que me gustan. Yo me enganché de niño con el cine negro, que por supuesto no sabía ni que era un género. Dashiel Hammett, Al rojo vivo, Raoul Walsh, Virginia Mayo, Humphrey Bogart... Aún hoy disfruto con El sueño eterno, una película que se me sigue escapando en su totalidad. Pero como no era capaz ni de explicarla Howard Hawks, su director, me quedo tranquilo".

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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