De la agresividad a las babas
Risto Mejide empezó la nueva temporada de 'Viajando con Chester' entrevistando a Pedro Sánchez y Joaquín Sabina
El mismo día que varios miles de antiabortistas inundaban la madrileña y estrecha calle de San Bernardo, por cierto esta vez sin ningún obispo encabezándola con pañuelo de cuatro nudos en la cabeza, Risto Mejide iniciaba la tercera temporada de su Viajando con Chester, y lo hacía con dos de las bestias negras de los antiabortistas: Pedro Sánchez y Joaquín Sabina, el primero por ser la cabeza visible del partido que promulgó la actual ley del aborto, y el segundo por ser quién es: un extraordinario poeta laico de la canción. No llegó la sangre al río ni en la calle ni en el sofá. Y fue precisamente la selección de esos dos invitados lo que permitió comprobar que debajo de la desbordante vanidad del presentador se esconden atisbos de un ser humano. De la agresividad con que se comportó frente al secretario general socialista se pasó a un babeo de nata y fresa ante el cantante, compositor y poeta de Úbeda.
Pedro Sánchez comenzó su entrevista declarando que no se considera un político profesional por mas que aspire a la jefatura de Gobierno. También dejó claro que nunca le veremos en un consejo de administración y que con él "se acabaron las puertas giratorias". Se definió espiritualmente como ateo y políticamente republicano aunque, añadió, prefería vivir en una monarquía parlamentaria como la de Felipe VI que en una república de Chávez o Maduro.
Mejide, por su parte, demostró su peculiar concepto de "una entrevista de tú a tú": que sus opiniones valen tanto, o más, que las del entrevistado. Especialmente sobrado estuvo en temas como los del referéndum catalán sin apenas dejar hablar a Sánchez e insistiendo una y otra vez en ¿qué harías si Mas, pese a todo, saca las urnas a la calle?, hasta llegar a la pregunta que deseaba hacer que le daría el titular anhelado: ¿sacará Rajoy los tanques? o cuando lo mordaz encubre la sublimación del victimismo. Naturalmente Pedro Sánchez se rió y lo negó rotundamente.
Con el cantante y compositor, la agresividad dejó paso a la rendida admiración. Incluso dejó que Sabina tuviera más planos que el propio presentador, algo insólito. El invitado estuvo lúcido y sincero. Repasó con ironía sus orígenes como cantante callejero y luchador antifranquista. "Os habéis creído esa caracicatura mía de excesos..." para detenerse con más detalle en el ictus y, sobre todo, en lo fundamental que fue y es la peruana Jimena en su vida. Habló también de los cuatro meses de depresión profunda que siguieron al derrame cerebral, "durante esos meses no salí de la habitacón. Leía y veía telebasura, pero como llegó, se fue, y sí, veo telebasura: me gusta saber que no estoy desconectado de las vilezas ajenas". La charla acabó en el territorio Podemos, momento en que Sabina rindió homenaje a su amigo Serrat citando una de sus canciones: "Me gusta todo de ti...pero tú, no". Mejide, por su parte, debió de haberse puesto un babero.
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