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Cámara oculta
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El demócrata Jon Voight

Tal como se ha publicado en los medios, el padre de Angelina Jolie, el actor Jon Voight, ha arremetido contra Javier Bardem y Penélope Cruz por haber firmado una carta en la que expresaban, junto a un centenar de artistas españoles, su indignación por el genocidio en Gaza por parte del ejército israelí. Voight ha enviado su propia versión a un par de publicaciones cinematográficas hollywoodienses insertando insultos y veladas amenazas a la pareja de actores españoles. Bardem y Cruz son unos ignorantes porque no saben nada sobre el nacimiento del estado de Israel, hecho por el que deberían sentirse avergonzados y suplicar el perdón de los israelíes, y desde luego incitan al antisemitismo en el mundo. Bajunamente, Voight les acaba reprochando que hayan ganado dinero en un país democrático como Estados Unidos y que sea esa protesta contra el genocidio palestino su manera de agradecer tanto éxito.

Y uno se pregunta que si Estados Unidos es un país tan democrático ¿por qué Bardem y Cruz no van a poder expresar libremente sus propias opiniones? ¿No lo hizo el propio Voight contra la guerra de Vietnam en la película El regreso, por la que obtuvo el único Oscar de su carrera? Cierto es que aquella oscarizada película de 1978 se filmó una vez acabada (perdida) la guerra de Vietnam, tratando Hollywood de lavar su imagen, a buenas horas. Hasta entonces, multitudes de ciudadanos protestaron en las calles y de forma independiente se rodaron numerosas películas contra la guerra, mientras que en Hollywood John Wayne dirigía en 1968 la bochornosa Boinas verdes, a mayor honra y gloria del ejército de su país y contra el perverso pueblo vietnamita.

No se recuerda en las películas del Hollywood oficial una protesta tan enérgica contra aquella guerra como la que ahora promueve el republicano Jon Voight contra sus colegas españoles. ¿Quizá porque son extranjeros? Tendría bemoles, ya que el propio Voight es descendiente de inmigrantes alemanes y eslovacos que hicieron su fortuna en el país que les acogió. ¿Tendrían ellos que apoyar todas las injusticias que veían a su alrededor para agradecer el asilo con el que obtuvieron éxito, incluso en calidad de jugadores profesionales de golf, como fue su padre?

Que opine Voight lo que crea oportuno, está en su derecho, pero hay en su carta un tono que da miedo en alguien que presume de demócrata.

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