‘El mono casi humano’, de Tiago da Cruz
Los nuevos talentos de la fotografía española eligen las obras que mejor les representan
Toda gran foto transmite más de lo que hay a simple vista. Este mono “tiene una mirada intensa, con una pose casi humana”. Así describe esta imagen su autor, Tiago da Cruz, nacido en Caldas da Rainha (Portugal) en 1976, instalado hace casi tres lustros por amor en Algeciras, donde también se enamoró de la comarca gaditana del Campo de Gibraltar. Allí ha desarrollado la mayor parte de su trabajo y casi siempre cuando el sol declina. “En parte es por mi forma de ser, es un estado de ánimo”. La segunda razón es que la noche le otorga a Da Cruz “más tranquilidad y silencio para poder componer, con menos interferencias”. El tercer motivo es que él se mueve en una “zona dura”, en la que no es fácil vivir, “y eso lo da a entender mi mirada de fotos con poca luz”.
Como otros fotógrafos de su generación, Da Cruz forma parte de un colectivo, Ufca, que desde hace más de tres décadas promociona la fotografía, aunque no todos sus integrantes son fotógrafos. Da Cruz imparte talleres con ellos, comisaría exposiciones y dirige Fotofobia, “una revista semestral dedicada fundamentalmente al blanco y negro en la que lo hago casi todo”, explica riéndose.
De su trayectoria, el proyecto más ambicioso ha sido La Isla, publicado como libro en 2011, “tras cuatro años de trabajo”, y con el que recorrió el Campo de Gibraltar para retratar a quienes habitan ese escenario. Entre ellos, este mono que tras el cristal de su jaula del zoológico, separado de los humanos, parece que en cualquier momento va a explicarnos por qué nos mira así. “Estuve un tiempo con él, parecía un modelo, sabía posar”, bromea. “Es un animal que tiene mucha presencia, y la suciedad del cristal que tiene delante casi convierte la imagen en un cuadro”. La Isla es también una exposición que ha recalado en varias ciudades y que seguirá itinerante los próximos meses.
Da Cruz señala que se ha dedicado al fotoperiodismo porque vive “en un territorio que genera muchas noticias, y porque hay que comer”. Sin embargo, lo que le gusta realmente es la fotografía conceptual. “Es la que hago para poder transmitir; pero sin intentar dar una respuesta, ni convencer de nada. Sólo planteo cuestiones, y me gusta que el espectador intervenga, que decida qué le falta a la imagen que está viendo”. Es “el documentalismo personal” de este algecireño que muestra lo que le rodea pero sin una mirada localista.
Babelia
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