Versos de filosofía moral
La plasticidad y el calado simbolista del nuevo poemario de Vanesa Pérez-Sauquillo

En las últimas entregas de Vanesa Pérez-Sauquillo se advierte una fusión de las distintas vetas que coexisten en su obra poética: el calado simbolista y la trama narrativa, el verbo sentencioso y la plasticidad visual, la corteza anecdótica y el meollo trascendente. Si Climax road reinventaba la iconografía de la generación beat, La isla que prefieren los pájaros nos traslada a la geografía irlandesa como decorado de un viaje que supone también una aventura cosmovisionaria. Aunque este es un libro de atmósfera envolvente, los logros no se limitan a la pincelada efímera ni a la decoración de exteriores. Hay en estas páginas una suerte de filosofía moral que se va desplegando a través de secuencias cortas que funcionan como fábulas sin corolario o como máximas mínimas. La exaltación de la naturaleza viva frente a la lengua muerta del consumo o la crítica del horror vacui en el que hemos convertido la convivencia (“Huecos por los que el hombre // también // asfixia al hombre”) cristalizan en un réquiem por los excesos de la civilización y en un elogio de la intemperie. La inteligente deslexicalización de frases hechas, la rotundidad de los versos y la versatilidad en el manejo de las formas breves (“Piedra limpia de barro. / Desde la rama / el muro es un camino”, dice un haiku) dan prueba de la riqueza de un volumen donde las metáforas aéreas alternan con los grávidos hallazgos. Si John Donne escribió que ningún ser humano es una isla, Pérez-Sauquillo opta por el término medio: “Seremos isla, algunos días, / pero la isla que prefieren los pájaros”. No se pierdan este libro: dice cosas profundas con apariencia de levedad.
La isla que prefieren los pájaros. Vanesa Pérez-Sauquillo.Madrid. Calambur, 2014. 60 páginas. 10 euros
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