El trabajo oculto de ‘Los Simpson’
Ana María Simón y Maria José Aguirre de Cárcer están detrás de la galardonada adaptación
El doblaje para que esté bien no se tiene que notar. Esa es la principal máxima de Ana María Simón Rius, actriz de 71 años recién cumplidos, adaptadora y directora de doblaje de series tan emblemáticas como Los Soprano o Los Simpson. Gracias a su trabajo en el día a día de los personajes de Springfield, la intérprete acaba de recibir por segundo año consecutivo el galardón que otorga ATRAE (Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España), que reconoce a los mejores trabajos de traducción y adaptación audiovisual del panorama español en el último año. Un premio que ha vuelto a compartir con su “mano derecha”, la traductora Maria José Aguirre de Cárcer, con idéntico axioma profesional. Pasar desapercibido para el espectador para que brille el producto.
El engranaje previo a que un capítulo de Los Simpson salga en la pantalla de los televisores españoles está medido con escuadra y cartabón. “Porque de entrada te piden que el producto esté hecho para ayer”, cuenta Ana María Simón, que lleva trabajando desde hace 30 años a contrarreloj. Ella, catalana, culé, enamorada de Madrid y casada con su profesión, cogió el legado de Carlos Revilla en la adaptación y la dirección de doblaje de Los Simpson en el año 2000 cuando el actor murió. “Fue muy duro. Carlos, además, doblaba a Homer. Y hubo muchas quejas de los fans por el cambio de voz. ¿Pero qué íbamos a hacer?. Tuvo un infarto y de un día para otro me puse con un guion suyo que estaba a medias. Hice castings de voces y le sustituí por Carlos Ysbert. Trabajábamos con lagrimones en los ojos. Pero Carlos (Ysbert) se hizo poco a poco con el personaje y lo hace de maravilla”, insiste la actriz.
Para que el guion llegue perfecto a los actores de doblaje primero pasa por las manos de María José Aguirre de Cárcer. La traductora, nacida en Damasco (Siria) hace 60 años por circunstancias familiares, ama tanto los idiomas que su marido le dice a veces que es “una friki”. “Porque me encanta ver películas hasta en danés”, se ríe. De su ingenio salió, entre otras, la famosa frase de “multiplícate por cero” que Bart usa cada vez que quiere perder a alguien de vista. Y es que la labor del traductor no consiste en cambiar literalmente un idioma por otro. “Yo procuro respetar al máximo la obra original, pero los chistes se tienen que entender aquí también. Si no, es un trabajo fallido”, explica. El “multiplícate por cero” americano que Bart suelta es un juego de palabras que no tiene una traducción lógica en español: “eat my shorts”, algo así como ‘cómete mis calzones’. “Pero en realidad lo que quiere decir es ‘desaparece’, y no lo vas a traducir así porque pierde chispa. Así que hay que inventarse otro juego de palabras que sustituya al original”, cuenta Aguirre de Cárcer, quien lleva batallando con los guiones de la serie desde el principio de su emisión en España (1990), compaginándola con otros éxitos televisivos como Expendiente X, Perdidos o Seinfeld.
La frase de Bart “multiplícate por cero” fue idea de Aguirre de Cárcer
Cuando Aguirre de Cárcer termina la traducción, el guion pasa a la siguiente fase, el de la adaptación. En ese momento Ana María Simón recoge el testigo y se encarga de que las frases cuadren con las bocas de los personajes. “Hay veces que en español necesitas una frase entera para decir lo mismo que en inglés con dos palabras. Y hay que acoplarlo. O que el actor dice un ‘me pongo en tus zapatos’ y su traducción en español es ‘me pongo en tu piel’. ¿Pero cómo va a decir eso si el actor se señala los pies, por ejemplo? Pues tienes que darle vueltas al coco para que no pierda el sentido y no quede raro... Y al final das con ‘soy la horma de tu zapato’, por ejemplo. No siempre es fácil, pero es un trabajo muy bonito y muy artístico”.
Después, llega el momento del doblaje. “Siempre hecho por actores, que son los buenos dobladores. La voz de Bart, por ejemplo, es la de Sara Vivas. Parece que está hecha para el muñeco, o el muñeco para ella. Es alucinante”, explica la directora, que reconoce que en su día a día alterna las películas dobladas con las de versión original. “No es incompatible. Estoy a favor de que la gente pueda elegir en cada momento. Lo importante es que el trabajo esté bien hecho”. Y eso, en su mundo, significa que permanezca oculto.
'Lost in translation' en las series
El traductor audiovisual tiene que hacer frente a multitud de complicaciones, desde el tiempo de entrega de un trabajo hasta adaptarse a los gustos del cliente. Además, deben tener en cuenta que el texto resultante tenga coherencia y siga teniendo sentido en el idioma al que se pasa, algo especialmente importante en el caso de las comedias.
Un ejemplo lo pone María José Aguirre de Cárcer, traductora, entre otras, de Los Simpson, quien explica que los dibujos en Alemania no tuvieron nada de éxito en sus inicios. "Trasladaron el guion literalmente, y a la gente no le hacía gracia. De hecho, la FOX felicitó a los estudios españoles porque era la mejor traducción de Los Simpson que se había hecho. Y en Alemania la peor", explica orgullosa.
“El traductor debe documentarse . No es lo mismo una frase dicha por alguien muy culto que por alguien del Bronx. Y además, es esencial no fiarse siempre de lo que te dice el diccionario. Tengo un amigo médico, al que siempre pregunto cosas, que me dice: ‘qué bien que me consultas porque estoy harto de ver películas de médicos en las que no dicen más que cosas absurdas”.
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