De la última hora a la historia
Efe celebra sus 75 años con una exposición sobre los hitos informativos desde la Guerra Civil
Del final de la Guerra Civil a las últimas elecciones europeas media la misma distancia que del morse a los destellos de información de Twitter. Setenta y cinco años de periodistas hablando ante micrófonos de muertes y, de cuando en cuando, de pequeñas alegrías. En la exposición en la Casa del Lector en Madrid que conmemora la existencia de la Agencia Efe —creada por consejo del ministro franquista Serrano Suñer con el objetivo de controlar y manipular la información— se entremezclan los hechos y las personas que estuvieron allí para narrarlos.
Fernando Moreno, periodista, comisario y coordinador de todos los festejos del aniversario [que ha coincidido con la 31ª edición de los premios de Periodismo Rey de España que han galardonado, entre otros, al periodista de EL PAÍS José María Irujo], lo resume en dos frases: “Nuestra vocación era contar lo que pasaba. Y lo que pasaba era la historia de España”.
Lo que pasaba era la entrevista de Hendaya entre Hitler y Franco, por ejemplo. Y la agencia del régimen lo contaba con una premonición del Photoshop. Al Generalísimo la instantánea de rigor le cogió con los ojos cerrados, y hubo que pegar junto al Führer otra imagen del dictador para disimular la mala pata del fotógrafo. Pero lo que pasaba era también que una veintena de pastores vascos emigraba a Estados Unidos en 1951, y allí estaba Efe para retratar al sonriente grupo. O pasaba que por primera vez una mujer se ponía al volante de un taxi en 1960, y la señora en cuestión posaba con cara de circunstancias. O lo que pasa ahora: más de 1.200.000 piezas que producen los 3.000 trabajadores de Efe al año, las más de 1.500 instantáneas tomadas cada día.
La compilación de decenas de imágenes, elegidas de un archivo con más 17 millones de documentos gráficos, es uno de los pilares de un aniversario que se lleva fraguando más de un año. A la exposición, abierta hasta el 11 de enero, le han crecido hermanas menores en Valencia, Oviedo o Bilbao. Pero es en Madrid donde Efe ha lanzado la artillería pesada. Las fotografías se complementan con una aplicación de realidad aumentada que permite, enfocando los paneles informativos con una de las cien tabletas disponibles, acceder a vídeos, audios y reproducciones de manuscritos que no han podido ser expuestos.
En la nave del Matadero, además, se amontonan olivettis, una furgoneta Citroën desde la que se enviaban fotografías... y las botas con las que Zarra marcó el gol de 1950, o la bicicleta de 14 kilos con la que Bahamontes conquistó el Tour de Francia en 1959.
“A las personas que han vivido aquello les va a dar nostalgia. Y queremos que la gente joven descubra qué pasó, contado con cariño y por gente que vivió cada hecho”, explica Moreno. Para atestiguarlo, las docenas de acreditaciones que el fotógrafo Jacinto Maillo conservaba de su labor en los primeros años de la Transición. O una cabina de teléfono, cómplice de tantas crónicas. “En el accidente del monte Oiz [148 personas murieron al estrellarse un avión de Iberia contra una antena de Euskal Telebista en 1985] tenías que subir y bajar de la montaña cada vez que encontrabas algo para llamar por teléfono y contarlo”, recuerda el comisario. Por eso, de tecnófobos nada.
La muestra es una oda también a transmitir por Internet, y no tener, como se invita a hacerlo al visitante, que anotar las frases dictadas por teléfono. Amor a la tecnología, pero con una advertencia: “El periodismo no lo hace solo la máquina, como se cree con esto del periodismo ciudadano. Se necesita una fuente creíble, y las agencias lo son”.
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