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Obituario

Fallece Bob Casale, miembro fundador de Devo

Junto con su hermano Gerald creó en los setenta el grupo que terminaría sentando las bases del pop electrónico de los ochenta

Diego A. Manrique

Gerald Casale lo anunció hoy en las redes sociales: este lunes había fallecido su hermano, Bob Casale, con 61 años, víctima repentina de una dolencia cardíaca. Otro golpe duro para el grupo que ambos fundaron, Devo; el pasado año, también murió Alan Myers, el más eficaz de los diversos bateristas que pasaron por la banda.

La de Devo es una historia arquetípica del rock: la secuencia de provocación-aceptación-comercialización-derrota. Nacieron en la Kent State University, una institución de Ohio que en 1970 ingresó en la historia de Estados Unidos con letras negras, por la muerte de cuatro estudiantes durante una manifestación contra la guerra de Vietnam. De alguna manera, la matanza reafirmó la de-evolution, una teoría inicialmente jocosa de Gerald Casale, Mark Mothersbaugh y otros amigos: que la sociedad moderna, en vez de evolucionar, retrocedía a un estado donde los humanos se conformaban con el papel de obreros alienados y consumidores robotizados.

Generaron panfletos y cortometrajes antes de establecerse definitivamente como grupo musical, ya en la ciudad industrial de Akron. Entre los miembros que se incorporaron estaba Bob Casale, a la guitarra, y el citado Alan Myers. Desarrollaron un espectáculo provocador y un sonido mecanizado; no lograron ser especialmente populares entre sus paisanos pero sí despertaron la curiosidad de la prensa musical de Londres y Nueva York. El chiste gozó de la aprobación de Neil Young, Iggy Pop o David Bowie, que se transformaron en propagandistas de Devo.

Tras autoeditarse y sacar material en el sello británico Stiff, fueron fichados por Warner Bros (y Virgin, en Europa). Brian Eno produjo su primer elepé, Q: Are we not men? A: We are Devo (1978), facilitando su aceptación. Usaban uniformes hilarantes, se movían espasmódicamente y tuvieron ocurrencias visuales que funcionarían como pasaporte para entrar por la puerta grande de MTV en la era del videoclip.

Sin embargo, por debajo de sus indumentarias y su hojarasca conceptual, había una sólida máquina de hacer pop electrónico, que encajaba con el espíritu festivo de la new wave: intenten imaginar a unos Kraftwerk irreverentes, con un humor ácido. Consiguieron impactos con Girl u want, Freedom of choice y, sobre todo, Whip it. Manipularon con acierto temas de los Rolling Stones (Satisfaction), Johnny Rivers (Secret agent man) o Lee Dorsey (Working on a coal mine).

Pero Devo terminó mordiendo de la manzana prohibida. Se trasladaron a Los Ángeles, tras ser derrotados en una humillante batalla judicial en Ohio, después de negarse a compensar económicamente a Bob Lewis, uno de sus primeros ideólogos. La vida era mucho más amable en California pero, de alguna manera, perdieron carácter al integrarse en el show business como unos simpáticos excéntricos.

Fueron capaces de transformar en publicidad algunas de sus canciones emblemáticas; llegaron incluso a grabar sus éxitos para Disney, en versiones autocensuradas, aptas para que las cantaran niños. Adquirirían una reputación de estar dispuestos a pactar con el antiguo enemigo, la América corporativa: hasta aceptaron que sus sombreros de plástico —aquellos energy domes que parecían tiestos— se transformaran en un accesorio de McDonald’s.

A partir de los años noventa, el grupo tuvo una existencia esporádica, más orientado hacia el revival que a la creación. Mark Mothersbaugh marcó la pauta con Mutato Muzika, una empresa dedicada al lucrativo negocio de crear música a medida para programas de televisión, videojuegos, películas y lo que fuera necesario. Entre sus socios estuvo el ahora desaparecido Bob Casale, reconvertido en ingeniero de grabación. A pesar de las deterioradas relaciones entre algunos miembros de la banda, Bob siempre apostó por el directo y por buscar la chispa original para registrar nuevos temas. En los últimos veinte años, Devo sólo llegó a publicar un álbum con material fresco.

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