Mísera tierra
'El cojo de Inishmaan', de Martin McDonagh, llega al Español de la mano de Gerardo Vera La obra está protagonizada, entre otros, por Marisa Paredes, Terele Pávez e Irene Escolar
La tierra allí no es fértil. En invierno hay tormentas pavorosas y el mar es un mar embravecido. Un terreno pedregoso frente a un abrupto acantilado, donde la única manera de cultivar patatas es la de engañar al terreno a base de algas sobre las rocas para hacer un lecho y cuidar los vegetales. El viento, cuando sopla, y lo hace a menudo, es enloquecedor. Son las islas de Aran, en la costa oeste irlandesa, un lugar olvidado y lejano en el que a duras penas uno puede sobrevivir. La pesca de tiburones para extraer el hígado y hacer lámparas de aceite es su único tesoro, ese gran tesoro que les da de comer. Son los años treinta del siglo pasado y en Inishmaan, una de las tres islas de Aran, viven no más de 25 personas. No es fácil vivir allí. La soledad, las rencillas y las envidias ocupan gran parte de las frías y míseras jornadas. Una mujer soltera que habla con las piedras y su hermana algo más sensata; una anciana alcohólica a quien engaña su único hijo; un barquero viudo y triste; dos jóvenes hermanos cuyo único anhelo es abandonar la isla; un chico tullido, cojo y enfermo, maltratado por sus vecinos.
El cojo de Inishmaan, obra del dramaturgo británico de origen irlandés Martin McDonagh, un autor muy poco representado en España, y considerado una de las grandes revelaciones de la escena teatral, es el reflejo de lo mejor y lo peor de cada uno de los integrantes de esta comunidad, en una cerrada atmósfera irlandesa. Es una historia cargada de dramatismo, pero también de humor, con unos personajes sutilmente retratados y unos diálogos brillantes. El cojo de Inishmaan supondrá el estreno en el Teatro Español del director Gerardo Vera, y también el encuentro en el escenario de tres actrices de excepción: Terele Pávez, Marisa Paredes e Irene Escolar.
La obra, adaptada por José Luis Collado, un buen conocedor de las tierras irlandesas, se estrenará el próximo 18 de diciembre en una coproducción del Teatro Español y la productora Grey Garden. El reparto coral se completa con Enric Benavent, Ferran Vilajosana, Adam Jezierski, Marcial Álvarez, Ricardo Joven y Teresa Lozano.
McDonagh (Londres, 1970), cineasta y dramaturgo, es para muchos el Tarantino del teatro. Sus obras dramáticas iniciales, plagadas de violencia y humor negro, buscaron intencionadamente el alma irlandesa, aquella que de niño descubría en sus veranos cerca de Galway, frente a los islotes de Aran. A su primera obra teatral, La reina de la belleza de Leenane, le siguió años después una trilogía sobre Aran: El cojo de Inishmaan, El teniente de Inishmore y The Banshees of Inisheer. McDonagh es, entre otros filmes, el director de Escondidos en Brujas, la comedia con la que estuvo nominado al Oscar al Mejor Guion y con la que su protagonista, Colin Farrell, obtuvo el Globo de Oro al mejor actor de comedia en 2009.
Nada mejor que viajar. Si hace años fue Vicky Peña quien compró los derechos de La reina de la belleza de Leenane, tras ver la obra en Londres, que se representó en España de la mano de Mario Gas, ha sido ahora la actriz Irene Escolar quien ha descubierto “la maravilla” de El cojo de Inishmaan.
Es una historia cargada de dramatismo, pero también de humor, con unos personajes sutilmente retratados
La historia, relata Escolar, que ha dejado a un lado el paloduz que mastica con violencia durante la escena que acaban de ensayar, es la siguiente: “Estoy en mi casa y durante dos días no hago más que oír las risas de mi novio leyendo un libro. Era una de las obras que acabábamos de comprar en Londres con las funciones de la temporada teatral. Me la leí en una noche y, al día siguiente, se la pasé a Gerardo Vera”. A las pocas horas de que el director leyera la obra ya tenía comprados los derechos. Tal fue el impacto que le causó.
El cojo de Inishmaan utiliza un episodio real, el del rodaje en 1933 del famoso documental Hombres de Aran, del británico Robert J. Flaherty, para ambientar la historia sobre ese joven tullido, huérfano de padre y madre, y acogido en el pueblo por las dos hermanas solteronas, que vive rodeado de crueldad y hostilidades. Flaherty y su equipo revolucionaron el lugar. Todos los vecinos de Inishmaan quieren cruzar a la isla vecina en una huida real y también emocional. Flaherty reconstruyó las duras condiciones de vida de los pescadores de Inishmore, en un documental ya clásico comparable al viaje a Las Hurdes, tierra sin pan que hizo Luis Buñuel en 1932.
La obra de McDonagh, que se ha representado esta temporada en el West End londinense con Daniel Radcliffe, el mago Harry Potter, se centra en ese joven tullido y deformado, marginal y vituperado, que,en su afán por liberarse, decide engañar al barquero del pueblo, asegurándole que padece tuberculosis, para que le traslade a la isla donde rueda Flaherty en un sueño imposible por abandonar el lugar y viajar a Hollywood. La desaparición del joven Billy (Ferran Vilajosana) desata aún más esa atmósfera enrarecida que se vive en la isla. El viaje del joven a Hollywood acaba en un rotundo fracaso. “Es más importante un actor que sepa hacer de tullido que un tullido de verdad que no sabe hacer nada”. Tal fue la explicación con la que Billy regresa a su tierra natal.
Los ocho actores de El cojo de Inishmaan están sentados, cada uno en una silla, frente al director Gerardo Vera. Ensayan la octava escena de la obra, en la que los vecinos del pueblo se han reunido para ver en una sala la proyección de Hombres de Aran, esas imágenes en las que tan bien se ven ellos reflejados. “Prefiero que quedéis redichos a que parezcáis naturales. Es el texto el que crea la atmósfera. Acordaros, por favor, de las pausas”, advierte Vera. No es una proyección silenciosa. El bullicio en la sala es total. No paran de hablar, de levantarse, de enfrentarse unos con otros, hasta de tirar huevos a la pantalla. Las hermanas Kate y Eileen (Marisa Paredes y Terele Pávez) se refugian una en la otra, soportando las burlas de Helen (Irene Escolar), una joven violenta que no para de chupar, más bien de morder un trozo de paloduz, y de Bartley (Adam Jezierski), irónico y pasota, que baila y baila un yoyó de manera casi enfermiza. En el extremo opuesto, una anciana alcohólica, de nombre Mammy (Teresa Lozano) entregada a la botella, mientras discute con su hijo Jonhypateenmike (Enric Benavent) y con el barquero del pueblo (Marcial Álvarez).
“Esta obra tiene una cosa que me fascina y es que todos los personajes tienen un brillo especial porque, por un lado, son todos unos supervivientes en la miseria, pero, por otro, tienen un sentido lúdico y crítico de la vida que les hace muy especiales”, asegura Vera, quien no oculta su curiosidad ante su estreno, después de tantos años en la profesión, en el emblemático Teatro Español. “Nunca he estado obsesionado con el Español, aunque sí reconozco que me hace mucha ilusión”.
La obra utiliza un episodio real, el del rodaje en 1933 del famoso documental ‘Hombres de Arán’, de Robert J. Flaherty
Terele Pávez acaba de finalizar la escena del ensayo con una mirada dolida y un punto desafiante, y el resto de sus compañeros no ha podido por menos que aplaudir ante esta gran maestra de la interpretación. A sus 74 años no ha dejado de fumar y la voz imperiosa y oscura esconde a una mujer amable y divertida. “No soy una gran lectora de teatro, por eso cuando Gerardo me dio la obra no entendí nada y se lo dije. Ahora, una vez oídas las explicaciones de Gerardo, que tan bien desmenuza y desarrolla todo lo que toca, y ensayando una y otra vez, puedo decir que El cojo de Inishmaan es emocionante. Habla de la grandeza, de la miseria, de lo mezquino que puede llegar a ser el hombre. Es una obra sobre los valores, sobre la importancia de la verdad y, como no, del amor”, dice la actriz que regresa al Español, escenario que pisó con apenas nueve años y que todavía le impresiona.
La actriz bilbaína, que sigue compaginando con éxito el teatro y el cine, esto último gracias, sobre todo a Álex de la Iglesia, con el que ha trabajado en su último filme Las brujas de Zugarramurdi —“yo estoy para lo que me echen y durante una lista de espera en la que pasamos mucho tiempo los actores apareció ese ser genial que es Álex de la Iglesia, con el que he aprendido el oficio del cine”—, representa en El cojo de Inishmaan a la tierra frente al aire y la ensoñación de su compañera de reparto Marisa Paredes. “Mi personaje es una mujer fuerte, que esconde su dolor frente a las penalidades y responsabilidades, frente a mi hermana que es la soñadora, la pirada. De alguna manera se complementan una con la otra”.
Cuando Marisa Paredes (Kate) mira a la pantalla donde se proyecta el documental de Flaherty no se sabe siquiera si está viendo algo. Sus ojos están como perdidos, se nota que no se está enterando de mucho. “¿Pero qué es eso?”, pregunta. “Pues un tiburón”, le contesta chula Helen. “¿Y qué es un tiburón?”. “¿Es que además de hablar con las piedras también se ha olvidado de lo que es un tiburón?”, responde de nuevo Helen con un tono cada vez más enfurecido y burlón. Y es que Kate habla a las piedras, lo que más abunda en las islas de Aran. “Es la majareta del grupo, la soñadora, la loca. Es un personaje que está siempre como ausente, con un lado supersticioso y brujil”, asegura Paredes, que ve símiles de esta obra con el cine de Buñuel y Berlanga.
El entusiasmo de Irene Escolar no tiene límites y más cuando se trata de un trabajo coral. Le gusta la gente, los compañeros y más con una obra también dialogada. “El texto es de una inteligencia brutal. El autor tuvo que conocer de alguna manera a estos personajes porque están magníficamente retratados y construidos. Es muy difícil encontrar una obra en la que todos los personajes sean un caramelo. Es una comedia muy negra en la que te ríes, pero, al mismo tiempo, piensas que quizás no deberías de estar haciéndolo”.
Quizás por eso, el tullido del pueblo, Billy, ese joven que ha probado suerte en Hollywood y regresa compungido y desilusionado a la isla árida de la que nunca debió salir asegura ante sus vecinos. “Tenía que salir de este lugar, —pensé incluso en tirarme al mar—, para acallar las burlas y las insidias. Porque aquí hay muchos tullidos como yo, pero no se les ve por fuera como a mí”.
El cojo de Inishmaan. De Martin McDonagh. Director: Gerardo Vera. Intérpretes: Terele Pávez, Marisa Paredes, Irene Escolar, Enric Benavent, Ferran Vilajosana, Adam Jezievski, Marcial Álvarez, Ricardo Joven y Teresa Lozano. Teatro Español. Madrid. Del 18 de diciembre al 26 de enero de 2004.
Babelia
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