Los vídeos del Conde presentados por ellos mismos
Morir Nunca.
Morir Nunca es el resultado a la pregunta de cómo llevar algo escénico a un formato visual. La idea es sencilla: Una sola acción llevada a cabo por doce personas y un texto sobreexpuesto. La estructura es rítmica y el devenir se da por la repetición de esta acción. Aparentemente el texto y la acción avanzan en líneas separadas para confluir finalmente en la idea de Morir Nunca. Este trabajo ha sido el pistoletazo de salida, la presentación de El Conde de Torrefiel. La Porta, recién desaparecida y añorada, nos incluyó en el ciclo Sobrenatural durante el Festival LP’11. Se puede ver en este video aspectos estéticos que aparecen y vuelven a aparecer en todas nuestras creaciones.
Todo da mucha puta risa.
Escenarios del Streaming es una plataforma de experimentación escénica y de reflexión teórica en el que el colectivo PLAYdramaturgia colabora con creadores de las más diversas disciplinas para destapar las posibilidades que el streaming brinda a las escénicas. Todo da mucha puta risa es uno de los primeros experimentos de la dramaturgia a puñetazos que proponía Playdramaturgia en este proyecto. Pablo Gisbert, Rubén Ramos y David Mallols, se adentraron en una iglesia del Raval de Barcelona, y en silencio, ofrecieron sus ideas sobre algunos temas que en aquel momento sobrevolaban sus cabezas. Aquí las formas son rudas, pero otra vez como en Morir Nunca, aparece la idea de la pantalla como escenario.
La palabra Monumento significa etimológicamente “advertencia” y las ciudades están llenas de advertencias, de señales de advertencia que te dicen, cuidado que esto puede volver a pasar. La materialización, la figuración, la representación corpórea y formal son un mecanismo de lo simbólico. Códigos para descifrar el mundo.
Los Monumentos es un extracto de aquello que se mostró al final de una residencia de dos semanas en Azala, Alaba. El primer encuentro con lo que ahora es La chica de la agencia de viajes nos dijo que había piscina en el apartamento. La semilla. Y es exactamente eso: un comienzo. Así como una semilla no se parece a la planta que luego brota de ella, pero comparten la misma esencia y si se detiene a mirar con atención se puede comprender la unión entre el origen y el desarrollo.
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