Youn Sun Nah: “No tengo deudas con nadie, el jazz es la música de la libertad”
La cantante coreana cerró anoche el Festival de Jazz de San Sebastián
Es lo último en cantantes de jazz. Youn Sun Nah (Seúl, 1969) posee una voz seductora y sensual que no deja indiferente. Curiosamente, la nueva diva del jazz descubrió este género musical por casualidad. “Empecé a estudiar canto sin ninguna idea en particular. Un amigo me sugirió que podía probar con este estilo: ‘Si aprendes jazz, serás capaz de hacer cualquier cosa’. Pensé: ‘suena interesante’, y me fui a París para ver de qué iba esto de ser una cantante de jazz. De repente ahí estaban todas ellas, Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan… ¡pero cómo voy a ser yo capaz de cantar como estos seres geniales!”, cuenta la encargada de clausurar el Festival de Jazz de San Sebastián.
Mira por dónde, la joven tenía la solución más cerca de lo que pensaba: “Un día descubrí que hay otro tipo de cantantes de jazz en Europa, con su propia voz y un estilo propio y me di cuenta de que eso sí podía hacerlo. Me fijé, sobre todo, en Norma Winston. ¡Qué mujer más extraordinaria, y qué hermosas son sus canciones! Entonces me di cuenta de que debía hacer lo que podía hacer, sin tratar de ajustarme a ningún estilo en particular”.
Diez años después, sigue resultando complicado encuadrar a la coreana en categoría alguna: “Quizá mi estilo consista sencillamente en hacer lo que soy capaz de hacer. Empecé muy tarde en esto de la música, lo que tiene su lado bueno. No tengo deudas con nadie y no tengo que poner ningún límite a lo que hago. Aprendí que el jazz es la música de la libertad”.
Sobre la escena, Sun Nah presume de no cerrarse a nada: “Sabemos cuál va a ser el principio y cuál el final; el resto es un completo misterio”. A comienzos de mes fue presidenta del jurado en el Festival de Jazz de Montreux: “No podía creer que estuviera allí. Era mi primera vez en Montreux. El año anterior, el presidente había sido Quincy Jones, ¿puede imaginárselo?”.
Como tantos de sus compatriotas, Sun Nah sueña con la reunificación de su país: “Mi padre procede de Corea del Norte, sé que tengo parientes allí, o creo tenerlos, porque nunca les he visto. No hay modo de saber lo que pasa al otro lado. Pero hay que mantener viva la esperanza. Llegará el día en que el país vuelva a ser uno”.
En su último disco, Lento, viaja de la música de Alexander Scriabin al country —Ghost riders in the sky—: “No había ningún plan previo. Todo está grabado en vivo de una sola toma. Lo que se escucha es lo que hay”.
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