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Las revelaciones del Congreso de Teatro Clásico de Olmedo

Los investigadores se quedan sin herederos y el abismo entre filólogos y creadores escénicos no desaparece

Participantes en una de las mesas de debate del congreso: de izquierda a derecha el director Manuel Canseco, la actriz Blanca Portillo, el filólogo Germán Vega, y los directores escénicos Eduardo Vasco, Ana Zamora y Jesús Peña.
Participantes en una de las mesas de debate del congreso: de izquierda a derecha el director Manuel Canseco, la actriz Blanca Portillo, el filólogo Germán Vega, y los directores escénicos Eduardo Vasco, Ana Zamora y Jesús Peña.Pio Baruque

Olmedo Clásico, el festival que desde hace seis años se celebra en la Villa del Caballero, dedicado al teatro barroco, ha tomado la delantera a sus hermanos mayores, (muestras de Almagro, Almería y Mérida), organizando el que se ha considerado el congreso internacional más importante sobre teatro clásico, en lo que llevamos de siglo, e incluso antes, y así lo han reseñado a lo largo de la semana que acaba de finalizar más de 150 expertos de primera fila, procedentes de un centenar de centros de investigación e instituciones teatrales de más de quince países, que ha debatido sobre El patrimonio del teatro clásico español. Actualidad y perspectivas.

Una vez más apareció el tema que siempre enfrenta a investigadores y creadores contemporáneos de teatro clásico, ya que ambos bandos se han encontrado en este brillante congreso que sirvió, entre otras cosas, para poner de relieve que sigue dándose un abismo entre ambos sectores. Los filólogos se sumergen en exceso en los legajos del teatro clásico para dar luz sobre un patrimonio tan excepcional, aunque en los últimos tiempos plantean textos cuidadosamente editados y ya pensando en la manifestación escénica. Pero los teatreros no entienden que los investigadores no tengan en cuenta que lo fundamental, para poner en boca esos textos, es que se de la comunicación con el espectador y para ello hay que recurrir a algo más que investigación literaria. A ello hay que unir interesantes aportaciones, como un portal virtual de teatro clásico y, sobre todo, la denuncia de que este sector se está quedando sin herederos, a pesar de la existencia de numerosos jóvenes excepcionalmente formados dentro y fuera de España en la etapa de bonanza y que ahora, sin saber hacer otra cosa que investigar y muy bien, se ven abocados al paro.

El encuentro, cuyo Comité Científico estuvo presidido por Víctor García de la Concha (ex director de la RAE y actualmente al frente del Instituto Cervantes), contó con un comité organizador, bajo la coordinación de Germán Vega, catedrático de la Universidad de Valladolid y codirector de Olmedo Clásico, junto a Benjamín Sevilla, y también responsable de las cuestiones logísticas del Congreso.

“El teatro clásico no es como la novela o la poesía de esos siglos, ya que el teatro está vivo hoy, y tiene posibilidades de decir cosas en el presente, ese ha sido el tema fundamental de nuestro congreso y no se ha dado otro que lo haya planteado así”, señaló Vega quien reconoció que en líneas generales puede hablarse de un cierto pesimismo, a pesar de los esfuerzos en España de iniciativas como la del festival de Almagro, de Almería y de Olmedo por acercar a teatreros y filólogos y de hecho este investigador piensa que sí se ha dado un gran acercamiento entre ambos sectores, mientras que otros expertos, como Luciano García Lorenzo, cree que no se ha conseguido el objetivo planteado.

La actriz, productora y directora Blanca Portillo, cuyos trabajos sobre Calderón han impactado y anonadado en muchos países (La hija del aire bajo dirección de Jorge Lavelli y La vida es sueño de Helena Pimenta) apuntó que a veces los filólogos olvidan que sólo el teatro clásico, representado hoy, será perfecto si se tiene en cuenta que se debe producir una empatía con el espectador: “Si no de poco sirven las investigaciones”, señala esta profesional que ha trabajado con adaptaciones y versiones de clásicos, realizadas por directores como Jorge Lavelli o dramaturgos como Juan Mayorga, que vienen a sumarse a la de otros nombres del mundo de la escena que meten cuchara en esos ‘intocables’ textos, porque piensan que hay que hacerlos entendibles a los espectadores de hoy y a sus objetivos escénicos, entre otros Ernesto Caballero, Calixto Bieito, Laila Ripoll, Manuel Canseco, Ana Zamora, Pedro Víllora, Eduardo Vasco, Julio Salvatierra, Pepa Gamboa, Antonio Álamo, Alfonzo Zurro, Fernando Sansegundo, Juan Dolores Caballero, muchos de ellos participantes en este congreso.

Aportaciones del congreso

Para la convocatoria y organización del congreso han unido sus fuerzas el festival Olmedo Clásico, interesado desde su no lejana creación en ser un espacio de reflexión y no solo de exhibición, la Universidad de Valladolid, que desde el comienzo ha dado apoyo y oficialidad a la faceta docente e investigadora del certamen, y el macro proyecto Consolider: TC/12, Patrimonio teatral clásico español. Textos e instrumentos de investigación, constituido por doce equipos de investigación I+D, con más de 150 miembros de Europa y América, cuyo cometido es investigar el patrimonio dramático clásico español de los siglos XVI y XVII.

Más de un centenar de trabajos de investigación se han ofrecido en las diez sesiones de comunicaciones, además de las presentaciones de proyectos, libros, páginas web y dos conferencias plenarias, a cargo de la catedrática de Florencia, Maria Grazia Profeti, quien recibió el Homenaje del TC/12 por toda una vida dedicada a la investigación del teatro del Siglo de Oro, y de Víctor García de la Concha. Especial relevancia han tenido las ocho mesas de debate directo sobre las cuestiones principales que plantea el presente y el futuro del teatro clásico español: su lugar dentro del patrimonio cultural, sus conexiones internacionales, los estudios en el ámbito del hispanismo, los planes de edición, la puesta en escena, su explotación cultural y económica así como las nuevas herramientas para su conocimiento y divulgación.

En dichos debates han participado primerísimas figuras de las distintas facetas implicadas, como los directores de de la Biblioteca Nacional, Ana Santos, de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Helena Pimenta, o de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Jesús Pradells y expertos en textos dramáticos y puestas en escena más reconocidos de la actualidad en el panorama internacional: Ignacio Arellano, Alberto Blecua, José María Díez Borque, John J. Allen, Victor Dixon, Luciano García Lorenzo, Javier Huerta, Emilio de Miguel, Rosa Navarro, Joan Oleza, César Oliva, Felipe Pedraza, Blanca Portillo, Maria Grazia Profeti, Antoni Tordera, Eduardo Vasco, Marc Vitse, Ana Zamora, Jonathan Thacker (delfín de los estudiosos sobre teatro clásico), Christopher Couderc, (muy considerado a pesar de su juventud), Marco Presotto, Fausta Antonezzi (de las nuevas generaciones), José Camoes y Beata Baczyńska, entre otros.

Otra importante aportación del congreso llegó de la mano de las nuevas tecnologías y de las investigadoras Mercedes de los Reyes y Piedad Bolaños, que presentaron la reconstrucción virtual del Patio de Comedias de las Arcas de Lisboa, partiendo de la investigación con Juan Ruesga, al igual que ya hicieron en su día con el Corral de la Montería, que estaba en el Alcázar de Sevilla y hoy es una parte de los jardines. El vídeo, de unos 20 minutos, ha resultado de gran interés para los filólogos que así pueden ver cómo las obras fueron pensadas para corporeizarse en estos teatros.

Conclusiones

Al margen de los debates entre los diferentes expertos y sus trabajos se pueden extraer varias conclusiones tras las jornadas de trabajo. Por una parte se ha visto que el conocimiento del teatro español de los Siglos de Oro ha mejorado cuantitativa y cualitativamente gracias al apoyo de la investigación, que ha permitido constituir equipos para editar, elaborar herramientas digitales y otros aspectos: “Es la única forma de abordar un fenómeno tan grande en todas sus dimensiones, por el volumen de testimonios y por las muchas implicaciones artísticas, culturales, sociológicas, entre otras, que comporta. Es buena muestra de ello el TC/12, macro proyecto surgido de la conjunción de doce equipos, que es una de las instituciones que convocaron el Congreso”, señala el Vega, uno de los dos directores de este festival y del congreso, quien también ha destacado que en los últimos años el investigador de humanidades ha aprendido a trabajar en equipo y se mostraba especialmente satisfecho por el hecho de que muchos de los trabajos de investigación original presentados, así como las comunicaciones en el congreso (cerca de un centenar), tuvieron un nivel muy apreciable. Destacan los llevados a cabo por investigadores jóvenes, que muestran a las claras la capacidad formativa en la investigación de los equipos.

“Nunca ha habido gente joven tan preparada para afrontar un fenómeno tan destacado del pasado hispánico, con repercusiones claras en el presente. Lamentablemente esta importantísima masa crítica está amenazada por los recortes presupuestarios, que van a impedir que continúen”, se lamenta Vega. Una queja y lamento al que se suma la totalidad de sus colegas y más en un momento en el que, tal y como se ha puesto de relieve en el congreso, hay una gran necesidad de emprender las acciones necesarias para que mejore el conocimiento del teatro clásico en los distintos niveles educativos, así como en el exterior. “El teatro español del Siglo de Oro necesita ocupar el lugar que le corresponde al lado de otras dramaturgias de la época, como la inglesa o francesa, que han tenido mejor fortuna a la hora de formar parte del canon de la literatura universal”, señala Vega.

Lope y sus borradores poéticos

El congreso fue clausurado por el presidente del mismo, Víctor García de la Concha, que dio una conferencia titulada De las musas al teatro: borradores poéticos de Lope de Vega. Fue una brillante aportación sobre los borradores de Lope y en especial sobre el conocido como Códice Durán-Masaveu (nombre que debe a sus sucesivos propietarios). García de la Concha dejó claro que las hojas de este códice muestran que frente a la facilidad siempre predicada de Lope, el Fénix tocaba y retocaba sus poemas hasta necesitar páginas y páginas con versos tachados para dar con los definitivos 14 de un soneto. Los poemas de esas páginas muestran las inquietudes del Lope maduro, en esa etapa conocida como “ciclo de senectute” así como su voluntad de agrupar en series definidas temáticamente la producción de esos años; su religiosidad y otros aspectos de su vida.

García de la Concha concluyó su intervención en la clausura declarando su voluntad, como director del Instituto Cervantes, de asumir una propuesta del TC/12 conducente a un mejor conocimiento del teatro español en el extranjero. Ello consistiría en programar una serie de conferencias-espectáculo, que circularían por las distintas sedes del Instituto, y que llevarían a cabo especialistas en el teatro del Siglo de Oro y actores. Para ello se contaría también con la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Nacimiento del portal de Teatro Clásico

De especial relevancia en este congreso ha sido la presentación en él del esperado y deseado macroportal de Teatro Clásico Español (TCE) en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (http://www.cervantesvirtual.com/portales/teatro_clasico_espanol/), que inauguraron los participantes el pasado jueves y del que Vega es director científico. Es producto de convenios de la Cervantes Virtual con instituciones como la Biblioteca Nacional, la Histórica de Madrid, la Menéndez Pelayo, el Institut del Teatre o el TC/12.

“El teatro clásico es una parte esencial del patrimonio cultural español, capaz de proporcionar a los estudiosos pistas valiosas sobre nuestro ser individual y comunitario, y de reclamar aún la atención del público en general desde los escenarios.

Este portal quiere poner a su servicio las grandes posibilidades que la era digital proporciona para abordar la enormidad de materiales de muy diverso orden que comporta: desde el acceso a los textos y los estudios a la visualización y audición de su encarnadura escénica, que es el sello distintivo del teatro con respecto a otras modalidades artísticas”, señala Vega quien deja claro que el portal inicia su andadura con la atención centrada en los Siglos de Oro, que constituye el núcleo de lo que se considera teatro clásico; pero, como no podía ser de otra manera, la intención es que muy pronto amplíe sus márgenes hasta abarcar periodos más recientes.

Seis grandes secciones intentan organizar los tipos de mirada sobre esta manifestación que consideran fundamentales: Fondos antiguos, Obras, Dramaturgos, Puesta en escena, Investigación y Escena actual. “Teatro Clásico Español nace con afán de consolidarse y crecer: lo permite el medio en que se mueve y lo conseguirá por la voluntad de las instituciones y el buen hacer de los expertos implicados, a quienes se lo agradecemos encarecidamente; también por las sugerencias de los usuarios, que solicitamos con modestia y agradecimiento adelantado”, afirma Vega García-Luengos.

Sin herederos y un futuro pésimo

En Olmedo se han dado enfrentamientos no sólo entre creadores escénicos e investigadores. Entre los propios filólogos se han visto serias confrontaciones, pero todos coinciden en apuntar que se están quedando sin herederos que continúen la labor realizada.

“Tenemos jóvenes excepcionales, como nunca los ha habido, que se forman no sólo con investigadores, sino también con las gentes del teatro, pero con un futuro pésimo”, apunta Vega, que ve como desaparecen los soportes de la investigación desde el punto de vista administrativo,lo que provoca una falta de futuro para estos jóvenes investigadores preparadísimos, que se están yendo a Institutos fuera de España y a Estados Unidos.

Jóvenes de poco más de veinte años, con una gran madurez, que ya han pasado con becas por los centros de investigación más importantes del mundo. Pero se están agotando las becas y luego no hay nada, a lo que se suma la desaparición de oposiciones para el empleo público. “Desgraciadamente se están yendo al paro, y encima seguirán investigando porque no saben hacer otra cosa; el caso es que nos quedamos sin herederos, ese es el gran problema, porque entre los 150 investigadores de primera fila hay un 70% de jóvenes que se van a quedar sin continuidad y sin poder trabajar con remuneración”, sostiene el director del congreso quien recuerda que se ha llegado a una situación en la que las bases artísticas son grandes y poderosas, pero se olvida que es un fenómeno que necesita alimentarse permanentemente, con una financiación que permita el desarrollo de esos sectores y gente muy preparada.

“Se estaba dando un acercamiento grande, vemos como en época de crisis se va más al teatro y estos años se ha creado unas redes con gentes de la escena, público, estudiantes de filología. Pero dentro de unos años, en este terreno y otros de la cultura, nos iremos al garete como ocurrió en el siglo XVIII que España dejó de estar en el canon cultural europeo”, concluye Vega.

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