Tiembla el hogar del ‘Guernica’
Los dueños del taller de Picasso quieren echar a la asociación que vela por su memoria François Hollande pide a la ministra de Cultura, Aurélie Filipetti, que intervenga
Es uno de esos palacetes llenos de historia que abundan en París y cuyo enorme legado tan solo delata, y solo en parte, una discreta placa situada en la entrada: “Pablo Picasso vivió en este edificio de 1936 a 1955. Aquí pintó el Guernica en 1937”. Cuando se cumplen 40 años de su muerte, el futuro del edificio está en el aire. Los propietarios quieren reformarlo y alquilarlo a un nuevo inquilino. La asociación que ha velado por la memoria del lugar en la última década lo ocupaba de forma gratuita y debe irse antes del 26 de julio. Sus representantes denuncian que el futuro del taller está en peligro, y aseguran haber recurrido a un heredero del artista para poder retomar el lugar. Aunque el trato podría anunciarse a finales de este mes, de momento, la orden de expulsión sigue en vigor.
El genio y su taller
- 1936. Picasso fija su estudio en el palacete de Savoie en 1936 por ser escenario de una novela de Balzac, La obra maestra desconocida.
- 1937. El artista pinta su obra más conocida, el Guernica, en este taller.
- 1944. Ernest Hemingway regala al genio una bandera francesa de las barricadas el día de la liberación de París.
- 1955. Picasso es expulsado de su estudio.
Picasso se instaló en el ático del palacete de Savoie en 1936, recomendado por su inquilino saliente, el actor y director de teatro Jean-Louis Barrault. Este vivió allí los tres años anteriores y creó su primera compañía, bautizada el Desván de los Grandes Agustinos por el nombre de la calle en la que se encuentra. Aquí situó también Balzac la acción de una de sus novelas, La obra maestra desconocida, que Picasso apreciaba especialmente. Un detalle que le acabó de convencer. “Así, en el lugar de la obra maestra desconocida, pintaría la obra maestra bien conocida”, resumía en sus Conversaciones con Picasso (1964) el fotógrafo Brassaï. El poeta Jacques Prévert creó allí su grupo Octubre y los surrealistas eran visitantes habituales. “Era una república ideal”, cuenta el propio Barrault en el libro Souvenirs pour demain (1972).
La cosa cambió con la expulsión de Picasso en 1955. El edificio, propiedad de la Cámara de los Ujieres de Justicia de París desde 1925, se mantuvo para el uso del colegio profesional y el taller sirvió durante décadas de trastero para papeleo. En 2002, se firmó un acuerdo con el Comité Nacional de Educación Artística (CNEA), una asociación cultural privada dedicada a la divulgación artística, por la que le cedía el espacio del taller a cambio de que este lo reformara. “Estaba abandonado y lo renovamos enteramente respetando su estado original”, explica Alain Casabona, delegado general del CNEA.
La entidad cultural CNEA negocia un acuerdo con un heredero del pintor
La sala principal conserva el aspecto inicial con sus vigas en el techo. En una de ella está clavado el gancho en el que según Picasso (parece ser que echándole mucha imaginación) estuvo colgado y torturado Ravaillac, el asesino de Enrique IV, mientras que Luis XIII era entronizado en la planta baja (el monarca asumió, efectivamente, la corona a poca distancia del lugar).
Junto al taller, al que se accede por unas pequeñas escaleras, el dormitorio de Picasso alberga ahora un sofá y un pequeño despacho, separado por una pared construida a posteriori de la oficina de la asociación. Entre fotos y dibujos, originales y copias, aparecen algunas joyas inesperadas, como la bandera francesa que Ernest Hemingway se trajo de las barricadas y regaló al pintor español el día de la Liberación de París, en 1944.
El acuerdo con el CNEA caducó en 2010 y ahora la Cámara de Ujieres de Justicia tiene previsto realizar obras de restauración por valor de cinco millones de euros. La intención de los propietarios es poder alquilar a continuación el conjunto del edificio.
“El taller no está en peligro y la vida de la asociación no tiene nada que ver con la del estudio”, asegura por su parte Alexandra Romano, del servicio de comunicación de la Cámara de Ujieres de Justicia. “Hace falta realizar unas obras de restauración en todo el edificio, y la realidad económica hace que la Cámara, que durante diez años ha cedido gratuitamente un espacio de 250 metros cuadrados a esta asociación privada, no puede permitirse mantener este mecenazgo”, explica. “Llevan años de ocupas. Se tienen que ir”.
El alcalde del distrito VI de París pide que el edificio se declare “lugar de memoria”
El CNEA mantiene que la Cámara está en negociaciones con un heredero de Picasso, cuyo nombre no quiere desvelar para no poner en peligro el acuerdo. Este estaría dispuesto a alquilar el inmueble en su conjunto y mantener la actividad de la asociación en el taller. Mientras, la asociación tiene ya fecha de expulsión fijada para el 26 de julio. El alcalde del distrito VI París, Jean-Pierre Lecoq, envió el viernes pasado una misiva a la ministra de Cultura, Aurélie Filipetti, pidiendo la calificación del edificio como “lugar de memoria”. El presidente François Hollande ha pedido a su ministra que se ocupe de forma prioritaria de la suerte del edifico.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.