La mexicana que abre brecha a los hispanos en Broadway
La actriz Bianca Marroquín celebra 11 años en los teatros de Nueva York y regresará en enero al musical 'Chicago' en la gran manzana
Cuando era pequeña, Bianca Marroquín (Monterrey, 1975) bailaba con sus zapatos blancos de charol frente a una televisión apagada e imaginaba que su reflejo estaba frente a cientos de espectadores. La actriz mexicana lo hace desde hace 11 años en teatros en México y los de la calle Broadway en Nueva York. Fue en 2002, cuando obtuvo el papel de Roxie, la asesina mediática del musical Chicago, y consiguió ser la primera mexicana en protagonizar largas temporadas teatrales en la gran manzana. Durante ese tiempo no ha dejado de volver a México para participar en proyectos de teatro y televisión. El más reciente ha sido el musical en español de Mary Poppins, la nana inglesa de los libros de Pamela Lyndon Travers.
Llegar a los teatros de Nueva York, dice, no fue ningún mérito sino el resultado de una carrera que comenzó en pequeños foros de la ciudad de Monterrey (norte de México). Primero como bailarina de flamenco y ballet clásico, después como actriz. Su padre buscaba que terminara la universidad, pero ella sólo quería participar en puestas en escena. Un casting para la versión en español del musical de La Bella y La Bestia la llevó a la Ciudad de México. Marroquín dejó los estudios, pero comenzó una carrera en el teatro musical en la que ha cuadrado todas sus habilidades artísticas. “Estoy abriendo paso para otros hispanos en Broadway, lo mejor es hacer personajes que no son estereotipos. Llego allá y quiero que me vean como un triple threat, soy una mujer que baila, canta y actúa, antes que nada”, comenta en entrevista con EL PAÍS.
Marroquín habla con un marcado acento del norte de México y mezcla muchas de sus frases con palabras en inglés. La actriz es una de los millones de mexicanos que ha vivido y crecido en la frontera de México con Estados Unidos. Hija de una estadounidense y un mexicano, nunca ha concebido su vida sin la influencia de ambas culturas. Pasó su infancia en Matamoros (Estado de Tamaulipas), viajaba todos los días a Brownsville (Estado de Texas) a la escuela, y aprendió igualmente inglés y español. Ser bilingüe le ha servido para incursionar en el teatro de Estados Unidos, pero asegura que igualmente disfruta de participar en los musicales que se hacen en México, aunque sean pocos. “Aquí (en México) hay uno o dos proyectos grandes al año, la competencia está mucho más dura. Tuvimos época de oro en el teatro musical y ahora ha ido bajando, la gente ya no nos tiene en su lista de prioridades”, explica.
La diferencia entre el teatro en Estados Unidos y México puede notarse, por ejemplo, en su jornada de trabajo. En Broadway, la actriz cumple con ocho funciones durante seis días y en México, con Mary Poppins, acude a siete actuaciones en cuatro días. Desde hace ocho meses, Marroquín está en México interpretando a la nana inglesa en su versión en español. A las puertas de su camerino cuelgan más de una decena de cambios de ropa entre los que están vestidos, sombreros, zapatos, y el emblemático paraguas de ganso de Poppins. Durante el espectáculo, la actriz cambia de vestuario en cuestión de segundos, baila con más de 40 actores en escena y vuela sujetada del paraguas. “Agradezco ser una imagen así, para gente que vive en otra frecuencia. El teatro te sana un poco, te lleva a olvidarte un poquito de los problemas cotidianos y toda la violencia que hay”, reconoce.
En enero, Marroquín volverá a Nueva York para interpretar de nuevo a Roxie Hart en Chicago. Un personaje que, asegura, nunca la ha dejado pero al mismo tiempo le ha permitido seguir su carrera en el teatro musical y en otras facetas. El próximo otoño será parte del programa de televisión Mira quién baila de la cadena Univisión y prepara su participación en el rodaje de la película independiente Waiting for Eleonor Rigby. Pero sin duda, lo que más la emociona es volver a las tablas de Broadway para cantar y bailar en el vodevil inspirado en el sistema judicial de los años 30. “Cada vez que regreso a Roxie lo hago más madura, más entrenada o con algo nuevo qué aportarle. Siempre es tan importante lo que le puedo aportar a este personaje tan complejo”, comenta.
La actriz que ha trabajado también en musicales como In the Heights y The Sound of Music habla efusivamente de sus proyectos, cuenta la preparación por la que ha pasado en cada uno de ellos. Su vida, dice, es un constante aprendizaje y para llegar a Broadway no ha tenido más que perfeccionar su trabajo en baile, canto y actuación. A unos minutos de salir a escena como Mary Poppins reconoce que siempre lo hace nerviosa independientemente de que el público sea mexicano o estadounidense, numeroso o pequeño. “El día que deje de ponerme nerviosa, mejor me dedico a otra cosa. El chiste es manejar los nervios a tu favor porque traicionan. Si no estás preparado, ni entrenando y no tienes técnica, te traicionan”, cuenta. Cada noche que se abre el telón, Marroquín vuelve a sentir la emoción de cuando bailaba frente al televisor con sus zapatos de charol.
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