“Tengo que acostumbrarme a cocinar sin presión”

Mientras Juan Manuel Sánchez era proclamado vencedor de MasterChef, el concurso culinario de TVE, las redes sociales se encendieron. Más de 4.000 tuits en un minuto. A pesar de la enorme repercusión, él parece tranquilo. “Estoy muy sorprendido y agradecido con el programa y también con la gente por el cariño mostrado”, cuenta el almeriense, de 25 años, en un hotel de Madrid. Es consciente de que el talent show ha dado un vuelco a su vida. Por fin podrá abandonar su trabajo de camarero y pasarse al otro lado de los fogones. Da la impresión de que mantiene los pies en la tierra: “Quiero continuar formándome. Esto solo es el inicio de una etapa. Hay que seguir luchando”.

De MasterChef se lleva “una experiencia inolvidable, unos grandes compañeros y un gran equipo”. En estos 83 días ha sido uno de los concursantes que más ha evolucionado. “Pasé de hacer platos combinados a mentalizarme. Tenía que cambiar. Escuché las críticas del jurado y le eché dedicación y cariño. Así he progresado”, resume. Juan Manuel ha recibido elogios de chefs de la talla de Ferran Adrià, quien alabó sus platos en la final. El almeriense recuerda sus nervios cuando lo vio aparecer: “Iba a probar mis recetas. Eso solo se vive una vez”.

El recién elegido mejor chef amateur de España tiene la agenda apretada. Este miércoles ha pasado el día concediendo entrevistas. Sin perder la sonrisa, eso sí. Y este mes publicará su libro de recetas, uno de los premios del concurso. En él presentará una muestra de su cocina, que describe como “tradicional con toques creativos”. Se le nota ilusionado. Además, en octubre comenzará el programa Grand Diplôme en la escuela de cocina Le Cordon Bleu de Madrid, otro de los obsequios como vencedor de MasterChef. “Quiero compaginarlo con el trabajo en algún restaurante”, afirma. También le interesa un curso de repostería que imparte Paco Torreblanca en Alicante. Lo tiene claro: “Emplearé los 100.000 euros que he ganado en la formación que hasta ahora no había podido permitirme”. La cadena de restaurantes Bilbao Berria, que le ha ofrecido empleo durante un año, le garantiza que le esperarán, así que no tiene prisa.

Las tres semanas transcurridas desde la grabación de la final hasta su emisión las ha pasado en casa, “aislado [no podía contar que era el ganador], arropado por la familia”. No ha querido ver las galas. “Ya habrá tiempo para eso”, dice. Por el momento, ha tenido que acostumbrarse a volver a cocinar “sin presión”, sin que le griten “¡tiempo, manos arriba!”. Porque durante estos días ha seguido con el delantal puesto. Después de MasterChef quiere seguir viviendo entre fogones.