Pasen y vean el último espectáculo de CantaJuego

Dicen que las modas van y vienen, y que la música permanece. Hay canciones de toda la vida, de la infancia, que pasan de generación en generación. El ya archiconocido grupo español CantaJuego se encarga de mantener las tradiciones musicales para que los más pequeños de la casa no solo estén familiarizados con letras de canciones populares como Soy una taza, El tallarín o En la granja de Pepito; también han introducido los bailes y la interacción para la estimulación psicomotriz y el trabajo pedagógico de los más pequeños de la casa.

Cantar y jugar de manera divertida y visualmente impactante permite a los niños educar el oído, desarrollar el sentido rítmico, la voz, el movimiento, el gesto y la expresión corporal “aumentando la confianza en sí mismos, la autoestima y el bienestar personal”, asegura Matías Zaidman, uno de los miembros del grupo. Los 13 discos y DVD que ya tienen en el mercado están orientados a un público de cero a seis años, “aunque al final se convierte en un ocio familiar muy saludable, puesto que se trata de una actividad que puede practicar toda la familia”, relata Zaidman.

El millón de discos que lleva vendidos avala el éxito de CantaJuego, que además cuenta con 33 discos de platino, 2 de oro y 800.000 espectadores que han asistido a las 400 funciones. El DVD y CD de la última gala, Regalo de corazón, dedicada a Unicef, se podrá adquirir desde el próximo domingo, 16 de diciembre, y durante un mes, al comprar EL PAÍS, por 9,95 euros; 40 minutos que contienen 13 canciones: tres de ellas inéditas, y una compuesta específicamente para esta nueva entrega, éxitos de CantaJuego, villancicos, una canción dedicada a Unicef y otros temas habituales del repertorio. “Se trata de un lanzamiento inédito, hemos preparado un espectáculo especial de temática navideña: los personajes más conocidos de CantaJuego se reúnen en casa y en el cole para juntar regalos y compartirlos con todos sus amigos y amigas del mundo”, cuenta Zaidman.

CantaJuego nace en 2004 como herramienta artística y educativa para transformar la música en imágenes, sumar coreografías y transmitir a los niños unos valores fundamentales, como la igualdad y la integración. Matías Zaidman explica que las canciones y las letras siempre son muy cuidadas en este sentido: “No trabajamos con los conceptos de buenos y malos, sino que intentamos potenciar las capacidades de cada niño y niña sin que las diferencias supongan un motivo de exclusión”. Además de Unicef, CantaJuego tiene una fuerte presencia en otras fundaciones de apoyo a los jóvenes con autismo o síndrome de Down.