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El Real se encomienda a la financiación privada para salvar su proyecto

El teatro prevé aumentar sus ingresos por patrocinios para hacer frente a la caída del 33% de subvención pública

Daniel Verdú
Günter Groissböck ( Boris Godunov) y Alina Yarovaya ( Yenia) durante el ensayo de 'Boris Godunov' , de Modest Musorgski.
Günter Groissböck ( Boris Godunov) y Alina Yarovaya ( Yenia) durante el ensayo de 'Boris Godunov' , de Modest Musorgski.

El Teatro Real de Madrid preparara una revolución para el próximo año. Y no viene motivada por ninguna suerte de espíritu aventurero, sino porque con la actual financiación pública (el Ministerio de Cultura ha reducido un 33% su aportación y se espera que Comunidad y Ayuntamiento hagan algo parecido) ya no permite mantener la ambición del proyecto artístico ni la viabilidad de la empresa. De este modo, el coliseo madrileño se encamina hacia un gran aumento de la financiación privada para situar los porcentajes de ingresos en este apartado hasta el 70% del total (hasta ahora se repartían entre 42% de dinero público y 58% privado). ¿Cómo? Aumentando los patrocinios hasta en 4 millones de euros (pasaría de unos 7 a 11 millones) e incrementando los ingresos alternativos (alquiler de salones, alquiler de producciones, de equipos y del propio escenario principal).

El modelo, único en la Europa continental (los teatros alemanes tienen hasta un 90% de financiación pública), como ha señalado el presidente del Patronato del Real, Gregorio Marañón, durante la rueda de prensa de esta mañana, es la única salida a una reducción de ingresos públicos que irá a más en los próximos años. De hecho, Marañón, acompañado por el director general, Ignacio García-Belenguer, ha confirmado que el Ministerio le anunció inicialmente que la rebaja para 2013 sería del 50%: “Era la propuesta inicial. Pero era inviable, el teatro no podía llevar a cabo su proyecto así”. El presidente del patronato no ha querido precisar explícitamente si puso su dimisión y la directora artístico, Gerard Mortier, sobre la mesa, pero ha asegurado que ambos “sobrarían” en un proyecto de ese tipo. “La aportación final es la mínima para hacer el teatro viable. Pero para ello estamos hablando con empresas y patrocinadores”.

Esta misma mañana, la dirección del teatro ha mantenido una reunión con un grupo de empresarios de la que ha salido muy satisfecha. Pero la previsión suena muy optimista en estos tiempos. El año pasado los patrocinios cayeron unos 400.000 euros y ahora, en una situación económica peor, se espera revertir la tendencia y añadirle unos cuatro millones más. A eso hay que añadir una subida o, al menos, una conservación de las cifras de ventas de entradas y abonos (esta temporada se han registrado 1.200 nuevos abonados) y una reducción en los gastos de personal. Para este último apartado, se ha llegado a un acuerdo con el comité de empresa que permitirá reducir en un 15% el coste de la plantilla sin recurrir a los despidos. En total, el ahorro será de 400.000 euros. Marañón cree que, de este modo, el teatro logrará un presupuesto “equilibrado” y no habrá que recurrir al déficit ni a las reservas del teatro. Las empresas con las que se ha reunido, ha explicado, también han explicitado su compromiso para contribuir a ese equilibrio presupuestario.

El aumento de la financiación privada también tendrá un reflejo en la composición del patronato, donde actualmente solo dos miembros de 23 pertenecen al mundo empresarial. “La mayor presencia de la sociedad civil tiene que tener un reflejo en el patronato”, ha asegurado Marañón, que ha señalado que pese a la gran presencia pública en este órgano, “el teatro no tiene la más mínima interferencia pública”.

Para 2013, el Teatro no piensa cancelar ninguno de los títulos programados. Sin embargo, como adelantó este periódico, cada día está más claro que la Filarmónica de Berlín no recalará en el Real con La Flauta Mágica en junio debido a la anulación de la subvención que hasta ahora concedía el Ayuntamiento de Madrid para traer a la orquesta alemana. Se baraja alguna fórmula para que sea posible la visita, aunque no necesariamente con una versión escénica de la obra de Mozart.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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