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‘¡Ay, Carmela!’ suena a ruso

El teatro Fontaka de San Petersburgo pone en escena la popular obra de Sanchís Sinisterra Magüi Mira dirige a un elenco formado por actores rusos

Una escena de 'Ay, Carmela', que se estrena el 29 de septiembre en una teatro de San Petersburgo.
Una escena de 'Ay, Carmela', que se estrena el 29 de septiembre en una teatro de San Petersburgo.

Pongamos como contexto la Guerra Civil española, como únicos personajes una joven pareja de artistas cómicos formada por Carmela y Paulino, una puesta en escena nada o casi nada poblada, casi minimalista. En el cartel que luce a la entrada del teatro se lee el nombre del texto de José Sanchís Sinisterra, ¡Ay, Carmela!, y el de la directora de la obra, Magüi Mira. Pero el alfabeto que se utiliza en los programas de esta obra de teatro es el ruso, así como los actores, iluminadores, compañía, espectadores y el propio teatro, el Fontanka, está en San Petersburgo.

Aunque ¡Ay, Carmela! se ha representado en 14 países (Roma, Berlín, Sarajevo y Portugal, entre otros), es la primera vez que un texto de Sanchís se estrena en Rusia. A pesar de que en España el teatro ruso es sobradamente célebre, en Rusia, uno de los países con más cultura teatral del mundo, apenas se conoce la dramaturgia española. "Me ha costado muchísimo comunicarme con los actores y enamorarlos de esta propuesta, que entendieran que el escenario necesitaba estar casi vacío, para que reflejara la miseria que les queda a los protagonistas, que son raptados por el bando de los Nacionales. Que entendieran que están cayendo bombas, y que sin poner nada más que a ellos sobre las tablas, con sus ropas sucias, el mensaje iba a llegar al público”, recuerda Mira, que asegura que cualquier conflicto bélico traspasa las fronteras de la lengua y la cultura, “y más aún en este texto de Sanchís, que es universal”, añade.

"El público ríe y llora, aplaude, grita", dice Mira

Finalmente, directora y actores hicieron el mismo viaje de entendimiento, los rusos con la mente puesta en España y Mira, asegura, ha puesto "una pica en Rusia". Esta directora y actriz en activo ha tenido que luchar contra las dificultades del idioma, de la censura, con las exigencias teatrales y las costumbres de una Rusia con una cultura “en proceso de cambio”, dice aludiendo a las recientes detenciones de las integrantes del grupo Pussy Riot. “No hay que olvidar que los actores, que no conocen la historia de España, tenían que comprender un argumento con una problemática ajena a ellos, con la Guerra Civil española como telón de fondo y con un texto en el que se mezclan los momentos más trágicos con el humor de Sanchís”, puntualiza la dramaturga.

Ser mujer y directora tampoco ha resultado fácil a la hora de desenvolverse libremente en el proyecto, explica Mira, “la lectura que hacen los directores rusos de la mujer es que somos unas sufridoras, y eso era algo completamente opuesto al personaje de Carmela, que es una luchadora”.

Pero no todo han sido dificultades y palos en las ruedas en la aventura soviética de esta escenógrafa. Mira agradece el apoyo recibido por parte del Ministerio de Educación y Cultura de España, así como la labor de los trabajadores de la compañía, que han puesto toda la carne en el asador para sacar adelante el proyecto: “He aprendido muchísimo, allí no conocen de horarios, los actores no tienen límites a la hora de esforzarse en el trabajo. El equipo de vestuario, maquillaje y carpintería se ha volcado con el montaje de ¡Ay, Carmela!”.

El resultado de este esfuerzo por parte de Magüi Mira se verá el 29 de septiembre en el estreno de la obra en San Petersburgo, aunque los augurios son más que positivos a juzgar por el éxito de las previas: “Ha sido algo inesperado, llenazo total en los pases de las previas, el público ríe y llora, aplaude, grita”. Mira recuerda, emocionada, que en una ocasión el público estuvo aplaudiendo durante siete minutos seguidos, “los actores y yo ya no sabíamos qué hacer. Está grabado en vídeo. Hemos tenido tres excelentes críticas que se están traduciendo, ¡Y todavía no se ha estrenado!”.     

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