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“Si necesitas que te aplaudan constantemente, debe ser que follas poco”

El joven pintor Alejandro Carpintero se encontró con las musas en el lugar menos pensado. Expone su obra en algunas de las galerías más importantes de España

'Amante virtual', de Alejandro Carpintero.
'Amante virtual', de Alejandro Carpintero.

Hasta donde le llega la memoria se recuerda a sí mismo pintando. La presencia de Alejandro Carpintero (Rivas Vaciamadrid, 1981) abarca más de lo que su menudo físico aparenta. Camisa desabotonada, patillas largas y perfiladas, sonrisa de pájaro; su aspecto es el de un dandi esmeradamente desaliñado y sus formas desbordan seguridad en sí mismo.Estudió Bellas Artes en la Universidad Complutense y acabó tan desencantado con la carrera que abandonó temporalmente la pintura.

Afortunadamente las musas regresaron en el lugar menos pensado: “Un día, trabajando de camarero en un aeropuerto de Londres, me di cuenta de que empezaba a ver ciertas imágenes dentro de mi cabeza que tenía que plasmar. Si no lo hacía, no sería capaz de dormir por las noches”. Corría el año 2005, desde entonces no ha parado de pintar, exponer y vender una obra plagada de mujeres casi púberes, muchas de ellas ligeras de ropa. Un trabajo de un realismo oscuro y erótico que roza lo lascivo pero se aproxima más a lo poético: “Todavía no he conseguido plasmar esas imágenes, pero creo que estoy cerca”. Su vida está encadenada a la pintura a la que se dedica todos los días, casi obsesivamente: “Es una pena”, comenta con sonrisa embustera, “porque hubiera preferido ser un vividor, tocarme los huevos y saborear la vida”.

Un día un profesor le dijo que le harían un favor si le apartaran de los pinceles. “Puede que tuviera razón”, añade pensativo. Quizás ese profesor haya podido comprobar su error al ver la obra de Carpintero expuesta en algunas de las galerías más prestigiosas de España: la Santiago Echeberría, que expone su obra junto a otros veinte artistas, y el Museo Europeo de Arte Moderno (MEAM), donde se exhiben dos de sus cuadros de gran formato premiados con mención de honor en el certamen de la Fundación de las Artes y los Artistas.

El artista Alejandro Carpintero ante uno de sus retratos.
El artista Alejandro Carpintero ante uno de sus retratos.

¿Qué crees que aporta tu propuesta como valor?

Sinceramente no creo que mis imágenes sirvan para hacer este mundo mejor sino puede que lo contrario.

¿Qué posibilidad real ves de poder acceder al circuito estable de la cultura?

No entiendo el concepto posibilidad real. Los artistas somos creadores de realidad. Nuestra realidad nos la inventamos nosotros y esperamos que a la gente le llegue. Para mí está la obra y el espectador. Eso es todo.

¿Cuáles son, a tu juicio, las mayores dificultades para los talentos emergentes?

Si tienes cosas que decir puede que seas un “talento emergente”. Puede que esas imágenes aparezcan en tu alma con mucha claridad, de modo que has de pintar constantemente en tu vida para encontrar la paz. Si te está ocurriendo, te das cuenta de que una vez que tienes el pincel en la mano ya has conseguido el objetivo y no necesitas nada más.

¿Eso es todo?

Eso es todo. Pero si después de eso no estás a gusto y necesitas ser reconocido, que te den palmaditas en la espalda y que te aplaudan constantemente, debe ser porque follas poco... o porque tienes un problema de neurosis.

¿Qué beneficios esperas de salir en una plataforma como esta?

Esto me permite comunicarme. Los artistas pasamos la mayor parte del día en el estudio.

¿Con qué herramientas cuentan los talentos emergentes para darse a conocer?

A veces encuentro que algún desconocido ha colgado cuadros míos en Internet y me encanta. A mí me gustaría tener una persona solo encargada de dar a conocer mi obra. Pero solo la mejor, porque a menudo hago cosas que no deberían jamás ser vistas.

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