Un cuarteto digno de un Oscar
Los Beatles han protagonizado o inspirado decenas de películas Entre documentales, comedias, dramas y musicales, su fama ha tocado todos los géneros
El amor, por encima de todo. Desde luego en la decisión de Stuart Sutcliffe hay una moraleja que suena a mundo ideal. Sin embargo incluso el más romántico, al menos a posteriori, dudaría de la bondad de la elección. De acuerdo, Sutcliffe se quedó con Astrid Kirchherr, la mujer de sus sueños. Pero, a cambio, abandonó a la que sería la banda más conocida de la historia de la música. Y sería, para siempre, el quinto beatle.
La estancia en Hamburgo en la que los Beatles pasaron a ser cuatro y Sutcliffe se bajó del tren que llevaba a la leyenda protagoniza Backbeat. La película, rodada por Iain Softley en 1998, es una de las (muchas) veces que el mundo del cine ha dirigido sus cámaras hacia los Fab Four. Entre documentales, filmes rodados por ellos mismos, homenajes y musicales, los Beatles han aparecido decenas de veces en la gran pantalla. De hecho, hasta ganaron un Oscar. Aunque, claro, no fue por sus actuaciones sino por lo que mejor se les daba: el documental Let it be, que protagonizaron en 1971, se llevó la estatuilla a la mejor banda sonora.
A continuación va una selección de algunos de los momentos cumbres en la relación entre el cine y el cuarteto de Liverpool.
Qué noche la de aquel día (A hard day's night) marcó, en 1964, el debut de los Beatles en la gran pantalla. En esta suerte de comedia-documental, dirigida por Richard Lester, el cuarteto decidía huir de fama, obligaciones y (literalmente) de admiradores y managers, para buscar algo de libertad.
Un año después, Lester volvía detrás de la cámara para retratar de nuevo a los cuatro de Liverpool. Con ¡Socorro! (Help!), el director construía una comedia delirante en la que Ringo Starr tenía que ser objeto de un sacrificio humano y sus compañeros luchaban para impedirlo.
Mucho más delirante todavía fue Magical Mistery Tour, dirigida por Bernard Knowels y los propios Beatles en 1967. Entre la ruta real de una furgoneta por los campos de Inglaterra y el viaje mental del espectador por una galería de imágenes surrealistas, la película es un himno a la psicodelia que influenció canciones como I am the Walrus (presente, por cierto, en el filme).
Una vez más el título de una canción inspiraba, en 1968, otra película de los Beatles. El submarino amarillo marcó el paso del cuarteto de Liverpool a los dibujos animados. Los alteregos coloreados de los músicos se subían al barco del joven Fred rumbo a Pepperland para salvar a la ciudad de los temibles Malines azules, que odian la música.
Desde luego la originalidad de los titulares no era la principal preocupación del cine sobre los Beatles. De ahí que Michael Lindsay-Hogg llamara su documental de 1970 Let it be. El filme muestra a los cuatro en pleno proceso creativo y deja entrever los contrastes que a veces los enfrentaban.
Sea como fuera, y pese a las diferencias entre ellos, el público los amaba. Aunque más que amor es adoración lo que mueve a las protagonistas de Locos por ellos, dirigida en 1978 por Robert Zemeckis: las seis chicas cruzan Estados Unidos para llegar a Nueva York y asistir al primer concierto de los Beatles en su país.
Diez años después, otra canción, Imagine, prestaba su titular a un documental de Andrew Solt, montado a partir de las cientos de horas de grabación que John Lennon tenía de su vida. Un material hasta entonces inédito que permitía adentrarse en la cotidianidad del músico.
En 1994 la ya citada Backbeat narraba la trágica figura del quinto beatle. Y dramática era también la trama de Yo soy Sam, dirigida en 2001 por Jessie Nelson. Protagonizada por Sean Penn, cuenta la historia de Sam Dawson, un hombre mayor pero con el cerebro de un niño de siete años. Obsesionado con los Beatles, Dawson ha llamado a su hija Lucy Diamond y se comunica, a duras penas, cantando canciones del cuarteto de Liverpool.
Muchos de esos temas (en concreto 32) pueblan, no en su forma original sino versionados, la banda sonora de Across the universe (2007). En este musical de Julie Taymor, que dividió a los críticos, todo procede del universo y de las letras de los Beatles: los personajes, sus nombres, el guion, la trama. Del mismo año es también El asesinato de John Lennon, en la queJ.P. Schaefer retrata (y según algunos humaniza demasiado) la figura de Mark David Chapman, el hombre que acabó con la vida de Lennon. Por cierto, y fuera de ficción, ayer al Chapman de carne y hueso le fue denegada por séptima vez la libertad condicional: seguirá en la cárcel, culpable de disparar y matar al exbeatle el lunes 8 de diciembre de 1980.
Un Lennon vivo y muy joven protagoniza Nowhere boy (2009). El director Sam Taylor-Wood describe niñez y adolescencia del músico (interpretado por Aaron Johnson), su relación con su madre y su tía, y le acompaña hasta el nacimiento de los Beatles.
Martin Scorsese en cambio dirige su cámara hacia otro protagonista. El año pasado, en el documental George Harrison: living in the material world, quiso trazar un perfil personal y artístico de un beatle que pronto acabó bajo la sombra de Lennon y McCartney.
Babelia
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