Maeve Binchy, referente de la literatura popular irlandesa
Sus 16 novelas y colecciones de relato corto fueron traducidas a 37 idiomas
Maeve Binchy, fallecida el 30 de julio a los 72 años, fue una autora y periodista cuyas obras de temática romántica ambientadas en Irlanda vendieron más de 40 millones de copias en 37 idiomas. Muchas de ellas están traducidas al español. Entre las más conocidas están Ecos del corazón (Salamandra, 1998), Círculo de amigos (Hilsin, 1995) —que se llevó al cine en una película homónima protagonizada por Chris O’Donnell y Minni Driver—, Tara road, una casa en Irlanda (Salamandra, 1999), que también sirvió de base para un filme, cuyo cartel encabezó Andie MacDowell. Otras narraciones de Binchy se convirtieron en populares adaptaciones televisivas.
Las novelas de Maeve, en las que las escenas sexuales quedan a la imaginación del lector (“hay un interés enorme en el sexo y en escribir sobre él de forma gráfica, pero yo no voy a entrar en eso. Tendría miedo de no saber cómo hacerlo: nunca he estado en una orgía y no sabría dónde tendrían que estar las piernas y dónde los brazos”), tratan de temas como la traición, las relaciones familiares, las tensiones entre la vida urbana y rural y la transformación de la vida irlandesa a finales del siglo XX. En ellas, las heroínas se enfrentan a toda clase de adversidades: amantes infieles, alcoholismo, embarazos indeseados, incluso asesinatos. Esa fórmula la convirtió en una superventas internacional. La escritora Anne Enright afirmó que Binchy tenía una intuición inédita para saber qué hace de una historia una buena historia y que leerla era como estar con un buen amigo. “Sabia, divertida y generosa, era la mejor compañía en una página y fuera de ella”.
Binchy nació en Dalkey, un suburbio al sur de Dublín. Su padre era abogado y su madre enfermera. Tuvo una infancia feliz (“algo de lo más inadecuado si uno quiere llegar a ser un escritor irlandés”) y, tras estudiar Historia, durante un tiempo se ganó la vida como profesora de Latín, Francés e Historia en un colegio femenino.
Su carrera como escritora comenzó de forma casual a comienzos de los años sesenta. Pasó una temporada en un kibutz israelí y su padre envió las cartas que mandaba a casa a un periódico, que las publicó. En 1968 fue contratada por el Irish Times; sus artículos ácidos, irreverentes y sumamente descriptivos dieron un novedoso giro al género del reportaje. En ellos, que fueron inmensamente populares desde el principio, se manifiesta un marcado contraste con la delicadeza y bondad que desplegaba en sus novelas. Era una enemiga declarada de toda pompa: en 1972 fue la enviada especial del Irish Times para informar sobre la boda de la princesa Ana con Mark Phillips; su cobertura carecía tan notoriamente de la prosa reverente al uso (“la novia estaba tan nerviosa como un caballo de carreras a punto de lanzarse al galope”) que desató una avalancha de cartas de los lectores, quienes, a partes iguales, manifestaban indignación y regocijo.
El talento de Binchy para la narración era de tal naturaleza que escribía exactamente igual que hablaba. Después de redactar un texto, comentó en alguna ocasión, no se atrevía a releer el original, porque si lo hacía se pasaba el resto del día reescribiéndolo. Su facilidad para la escritura le permitió producir 16 novelas, varias colecciones de relatos cortos y una obra de teatro en sus últimos 30 años. Cuando se le preguntó por qué se considera a los irlandeses buenos escritores, Binchy declaró: “No nos gustan las pausas y los silencios; preferimos las charlas que siguen, y siguen, y siguen... Eso supone que la mitad del trabajo ya lo tenemos hecho”.
© Guardian News & Media 2012.
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