Rubén Blades: “Gaudí, Picasso, Miró, Dalí,... ¡todos bailaron salsa!”
El cantante panameño, de gira por España, reclamo del verano barcelonés con sus actuaciones en el Salsa y Latin Jazz Festival 2012
El incombustible Ruben Blades (Panamá, 1948) no para de cantar y de hacer bailar. Está de gira por España bajo el paraguas del Salsa y Latin Jazz Festival 2012 que le lleva hoy a A Coruña y mañana a Avilés, junto al gran pianista Eddie Palmieri. Dentro de este certamen de música latina con cuatro paradas en España, Blades actuará junto a Calle 13 el próximo 26 de julio en el Palacio de Vistalegre de Madrid, y el 27 de julio en La Farga de L’Hospitalet (Barcelona). Es más, el 28 de julio estará en Cádiz en el marco de la Regata de Grandes Veleros. El artista panameño no ceja en su empeño de realizar el proselitismo de la salsa. Tiene ganas de seguir contando historias, sobre todo ahora en un mundo que parece que se mueve en lo social y lo político.
Pregunta. ¿Hoy en día se puede hablar de salsa o hay demasiadas influencias para poder referirse a un solo estilo musical?
Respuesta. La salsa esta definida por, primero, la necesidad de una clave que oriente al bailador y, segundo, una sonoridad con ribetes de jazz. Eso, y el idioma español en que se manifiesta la letra la distingue de otras fusiones.
P. ¿Uno se puede cansar de temas como Pedro Navaja?, ¿qué convierte una canción en un clásico?
R. Creo que la descripción cinemática del hecho y el humor intrínseco en la narración han mantenido fresca la canción permitiendo una continua sorpresa al escucharla, aunque ya sepamos su contenido. Es lo que explica que veamos películas que ya hemos visto una y otra vez, como El Padrino.
P. ¿Qué le parece que Barcelona acoja un festival de música latina?
R. ¿Por qué no? Barcelona siempre ha sido un lugar de criterio cultural amplio y de experimentación artística. Tienen una curiosidad intelectual probada por las décadas, eso justifica plenamente esta actividad del festival. Gaudí, Picasso, Miró, Dalí,... ¡todos bailaron salsa!
P. Ha hecho más de 20 películas, 25 álbumes, ha liderado un partido político, fue candidato a la presidencia de Panamá, ¿qué le queda por hacer?, ¿cuál es su próxima ilusión?
R. Me interesa escribir sobre mis experiencias, me interesa la pintura, la fotografía, me interesan la paleontología, la arqueología. Tengo muchas cosas por tratar. Lo que nunca se sabe es si tendremos tiempo para todo. Pero hay que tratar de seguir siendo curioso.
P. ¿Tiene buen recuerdo de la política? ¿Volvería a trabajar en la administración pública?
R. Absolutamente. Mi experiencia fue buena y aprendí que es posible producir cambios desde el gobierno.
P. ¿Y volvería a aspirar a la presidencia de su país?
R. Eso no lo sé. En cualquier caso, dependerá del nivel de voluntad que crea que existe en un país para cambiarse a sí mismo. Una sola persona no puede producir el cambio, tenemos que reformar todo empezando por nuestras actitudes, si es que verdaderamente deseamos transformar a la sociedad de la que nos quejamos.
P. ¿Conoce los movimientos ciudadanos de Occuppy Wall Street o el de los indignados en España?, ¿qué opinión le merecen?
R. La indignación por la mediocridad y la corrupción de nuestro sistema, y el hacerla pública me parecen actos correctos y necesarios. El problema es que estos movimientos, no plantean propuestas concretas para sustituir lo que no sirve y tampoco presentan métodos para aplicar tales argumentos de cambio. Es más, en mi opinión, no crean lideres dirigidos a organizar un planteamiento político que sustituya lo que criticamos. La indignación debe ser seguida por un planteamiento para reemplazar lo que no sirve. ¿Qué esperamos?, ¿qué lo podrido se reemplace solo, asustado por nuestra indignación? Hay que trabajar.
Babelia
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