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Al menos queda la animación

La ficción con actores reales pasa estrecheces pero los dibujos animados españoles crecen Hay 20 proyectos en marcha

Fotograma de 'Un día más con vida', de Raúl de la Fuente, con Ryszard Kapuscinski en el centro de la imagen
Fotograma de 'Un día más con vida', de Raúl de la Fuente, con Ryszard Kapuscinski en el centro de la imagen

Estaba el cine español rasgándose las vestiduras, con los sufrimientos actuales con los recortes de ayudas, cuando Susana de la Sierra, directora del ICAA (Instituto del Cine del Ministerio de Cultura), recordó: "La animación es un sector que tiene un importante retorno económico, gracias no solo a las propias películas, sino a toda la mercadotecnia que le rodea". Y efectivamente, entre el páramo de rodajes de largometrajes con actores de carne y hueso que vive ahora la industria española, los famosos brotes verdes los pone la animación: en marcha hay 20 proyectos que verán la luz entre 2014 y 2015, los festivales de Málaga y Gijón han añadido secciones dedicadas a este género, y estas películas son el perfecto ejemplo del trabajo en coproducción. Por no hablar de la candidatura al Oscar de Chico y Rita o del Goya al mejor guion adaptado de Arrugas.

Hoy De la Sierra, y bastantes animadores españoles estarán presentes en el certamen de Málaga, donde se presentan los primeros datos del Libro Blanco de la Animación, que estará listo en el mes de septiembre próximo. Ayer mismo se hizo público que el Festival de Annecy, uno de los más importantes de este género, ha seleccionado dos proyectos españoles para la sección oficial: Arrugas y Tadeo Jones. A todo esto se añade el que grandes directores de ficción están encontrando en la animación nuevas formas de expresarse: en Hollywood (Robert Zemeckis, Richard Linklater o Steven Spielberg) y en España: dos cineastas con Oscar como Fernando Trueba o Juan José Campanella han seguido por este género. El realizador argentino está en mitad de la producción hispanoargentina Futbolín, que le ha emparejado con uno de los mejores animadores mundiales, el español Sergio Pablos, y el realizador catalán Cesc Gay trabaja en la adaptación de Las tres mellizas.

Una de las razones de esta gran esperanza en la animación está en que los proyectos solo requieren una pequeña inversión por parte española: la mayoría nace de antemano con una financiación extranjera que puede llegar hasta el 90% del presupuesto. "La coproducción en la animación es mucho más natural. Las películas de este formato tienen más facilidad para volar y venderse fuera de nuestras fronteras", asegura el presidente de los productores, Pedro Pérez.

“Es un sector con mayor retorno económico”, dice la directora del ICAA

El hecho de que las historias de animación son menos localistas que las de ficción ayudan a este despegue internacional. Manuel Cristóbal, productor de Arrugas y uno de los dos vocales de Animación en la Junta de la Academia del Cine, ahonda en este concepto: "Las fronteras de la animación han estallado, tanto las físicas, porque se exportan mucho mejor, como las de género: se hacen dramas, documentales, animación familiar —que obviamente es la que mejor funciona en los mercados mundiales—...". Cristóbal verbaliza la importancia de la animación: "Es el formato cinematográfico que más ha crecido en presencia y volumen económico en España en la última década. Y también en Europa: los mercados locales cambian arrastrados por éxitos como Kirikou en Francia o El bosque animado en España. Y los cinéfilos descubren nuevas maneras de narrar al ver Vals con Bashir o Persépolis".

El libro que hoy se presenta en el Festival de Málaga, en el que se ha creado una sección, Animazine, dedicada en exclusiva a este sector, ha contado con la colaboración de los ministerios de Cultura, Industria y el ICEX. Carlos Biern es el presidente desde hace seis meses de la Federación de Productores de Animación de España (DIBOOS), que agrupa al 90% de las empresas dedicadas a este género. Biern lamenta el desconocimiento absoluto que hay en España sobre este sector. "Hasta hace poco no se sabía que David, el gnomo o Pocoyó eran proyectos españoles. Ahora, con el éxito de títulos como Planet 51, Chico y Rita o Arrugas hemos conseguido algo de imagen", explica. Para este animador las producciones españolas están al mismo nivel que las europeas y las estadounidenses a pesar de que sus presupuestos sean bastante más modestos. La media de un largometraje de ficción en España está entre los seis y los 20 millones de euros frente a los 60 de los grandes estrenos hollywoodienses.

De momento están en marcha cerca de 20 proyectos de animación que verán la luz entre 2014 y 2015. "Sin duda el cine animado será una de las claves para levantar la industria española" asegura Biern, que añade que no hay mejor lugar para liberar sueños y crear espacios de imaginación. Aunque el proyecto más potente es el de la empresa granadina Kandor Graphics (El lince perdido), con Antonio Banderas entre sus socios, que preparan Justin y la espada del valor, animación en 3D de lujo que verá la luz en verano de 2013.

Y entre esos títulos venideros está Un día más con la vida, de Raúl de la Fuente, la adaptación animada -aunque tendrá parte con actores de carne y hueso- de la novela del periodista polaco Ryszard Kapuscinski. "A mí me cambió la vida y espero que al público también", cuenta el director sobre un libro que habla de las brutales crueldades de la guerra de Angola. La dirección artística es española, y la animación se realizará en el estudio polaco Platige Image, uno de los más reputados de Europa. "La financiación de los 2,5 millones de presupuesto será al 50% entre España y Polonia". Un día más con la vida ha quedado el primero en las ayudas a proyecto del programa Media y, según Manuel Cristóbal, de los proyectos que más ruido hizo en el Cartoon Movie, el gran mercado europeo del cine de animación. Al menos, en dibujos, España crece.

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