La decepción de no formar parte de las aventuras de ‘Los Simpson’
Tras el anuncio de Matt Groening de que el paradero real de Springfield está en Oregón, los habitantes de la ciudad de mismo nombre en Virginia se sienten desilusionados
El anuncio por parte del creador de Los Simpson, Matt Groening, de que el paradero real de la ciudad imaginaria se encuentra en su estado natal Oregón, ha dejado un sentimiento de desazón en algunas localidades estadounidenses del mismo nombre. El emplazamiento de este municipio, universo donde los personajes de la serie animada viven sus aventuras, era hasta ese momento uno de los misterios mejor guardados y sobre los que más se ha especulado en la historia de la televisión.
En Virginia, uno de los 35 estados que cuenta con un Springfield, el sentimiento de la mayoría de sus ciudadanos al enterarse de la noticia ha sido de desilusión. “La verdad es que me hubiera gustado que la serie Los Simpson se inspirará en nuestro municipio, hubiera sido fantástico. Soy un gran seguidor. No entiendo porque Groening ha desvelado el secreto 23 años después. Estoy desconcertado”, dice cabizbajo David Gillis, camarero de 28 años en el restaurante italiano Bertucci´s de la localidad.
Andar por las calles de Springfield en Virginia es desear encontrarse con la famosa familia amarilla en cualquier esquina. La ciudad se asemeja mucho a la retratada en la serie. Las grandes avenidas ortogonales, los árboles, los autobuses escolares e incluso el sonido de los pájaros trasladan al visitante a escenas desternillantes vistas en la pequeña pantalla. Situaciones como en las que Homer o Bart sufren lesiones o se enfrentan a circunstancias rocambolescas. “Hay muchas ciudades que se llaman Springfield en EE UU, un motivo esencial que me llevó a escoger este topónimo”, aseguró Groening en una entrevista a la revista Smithsonian publicada este pasado lunes.
Hemos pasado de la ilusión a que de un plumazo nos la arrebaten. Estoy triste. Me gustaba pensar que formábamos parte de las aventuras de Los Simpson”.
“Creo que simplemente el nombre despierta en las personas que nos visitan la experiencia de la serie, de ser parte de ella. Somos una ciudad de trabajadores en la que la gente es normal y disfruta de las pequeñas cosas, exactamente como hacen Los Simpson en cada capítulo. Sus aventuras pueden ocurrir en cualquier parte, aunque parece que no suceden aquí. Es una pena”, relata Raúl Jiménez, fontanero peruano de 40 años. “Mis hijos disfrutan de esta ficción animada cada día. Bart, Marge, Homer o Lisa son parte de su presente y puede que de su futuro. Les hace mucha ilusión vivir en una ciudad que se llama como en la que viven sus personajes favoritos”, agrega.
La serie cuenta con 15 millones de espectadores en EE UU y 60 millones en todo el planeta, según informa la BBC. Las autoridades de la ciudad, una pedanía del condado de Fairfax, no han querido hacer ningún comentario al respecto. “¿Pero no estaba en Illinois?. No tenemos ninguna opinión sobre este asunto”, dice vía telefónica una portavoz. En los meses precedentes al estreno de la película de Los Simpson en 2007 se organizó un concurso en el que los seguidores debían tratar de adivinar la localización real de la ciudad de Springfield en Estados Unidos. Vermont, lugar que se eligió después para el estreno, fue la ganadora contra Oregón o Illinois.
Antes del anuncio de la ubicación real de Springfield en Oregón ya existían rumores de que la de Virginia no era la elegida. En el episodio Dancing Homer de la segunda temporada se explicaba que dicha localidad imaginaria contaba con un equipo de béisbol de las Grandes Ligas en su capital. “Y Richmond carece de uno”, explica Gillis. El creador de la serie no había querido desvelar la localización de la ciudad con anterioridad porque no quería terminar con las expectativas de la gente. “Cuando me preguntaban si las aventuras de Bart y Homer ocurrían en Ohio o en Massachussets, siempre contestaba que sí", sostuvo en la misma entrevista.
Groening ha acabado con las especulaciones sobre el lugar exacto de Springfield para siempre, pero también ha multiplicado por cero las esperanzas de miles de estadounidenses que viven cada día en ciudades de mismo nombre. Deidra Smith, de 41 años y dependienta de una de las gasolinera de esta localidad en Virginia no encuentra las palabras idóneas para describir como se siente tras enterarse de la noticia: “Hemos pasado de la ilusión a que de un plumazo nos la arrebaten. Estoy triste. Me gustaba pensar que formábamos parte de las aventuras de Los Simpson”.
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