Claude Miller, el discípulo de Truffaut
El cineasta, autor de 'La pequeña ladrona', apoyó a la primera línea de la 'nouvelle vague' en los sesenta
El realizador francés Claude Miller murió el miércoles por la tarde, tras varios meses enfermo, a los 70 años en París. Discípulo y amigo íntimo de François Truffaut, su mayor éxito, La pequeña ladrona (1988), lo heredó de su maestro al fallecer en mitad de la preproducción en 1984. Miller estuvo apoyando la primera línea de la nouvelle vague de 1965 a 1974, ya que no solo colaboró como asistente y guionista de Truffaut, sino que también trabajó con Robert Bresson y Jean-Luc Godard. Fue candidato en 16 ocasiones a los César.
Miller también fue presidente de Europa Cinemas, la mayor red de salas de cine dedicadas a la difusión de programación principalmente europea, que fue creada en 1992 con fondos del Programa MEDIA de la UE. Bajo su mandato, la red de Europa Cinemas se amplió a casi 3.000 pantallas en más de 60 ciudades.
Parisiense nacido en 1942 en una familia judía, a los 20 años decidió estudiar cine y sus primeros trabajos los realizó en el Servicio Cinematográfico del Ejército francés. Tras curtirse con Truffaut, debutó en 1976 con La mejor manera de andar, con la que ya consiguió dos candidaturas al César: a mejor guion y a la mejor dirección. Al año siguiente, rodó Dites-lui que je l’aime (con Gérard Depardieu y Miou Miou) y en 1981 ganó el César al mejor guion con Arresto preventivo, un polar (policiaco francés) que protagonizaban Lino Ventura, Michel Serrault y Romy Schneider. En todos sus largos había algo que recordaba a Truffaut, o, parafraseando a Wilder cuando se refería a Lubitsch, parecía que Miller se preguntaba: “¿Cómo lo haría François?”. Y la cuestión se hizo realidad en su sexta película, La pequeña ladrona (1988), un proyecto que había dejado a mitad Truffaut al fallecer durante su preproducción en 1984. Charlotte Gainsbourg encarnaba a una adolescente que quería huir a toda costa del pequeño pueblo en el que vive en los años posteriores a la II Guerra Mundial, y que aprende poco a poco de sus errores.
Cuatro años después volvió al cine y estrenó seguidas L’Accompagnatrice, Esa sonrisa y La classe de neige, con la que obtuvo el premio del jurado en el certamen de Cannes de 1998. Nunca dejó de trabajar, bien en televisión, bien en cine, y así llegaron, entre otras, La petite Lili (2003), Un secret (2007), el documental Marching band, Je suis heureux que ma mère soit vivante (2009), codirigida con su hijo Nathan, y Voyez comme ils dansent (2010). Cineasta muy querido por los actores, dotado para crear climas íntimos, ha dejado rodada Thérèse Desqueryroux con Audrey Tautou, otra película con un personaje protagonista que quiere huir de su asfixiante día a día. Tras haber participado cinco veces en Cannes, Thérèse Desqueryroux podría ser la sexta, y por tanto póstuma, ocasión que su trabajo se estrena en el certamen francés.
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