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OBITUARIO

James Wesley ‘Red’ Holloway, saxofonista todoterreno

James Wesley Holloway, fallecido el pasado 25 de febrero en California, a los 84 años de edad, comenzó tocando el banjo y la armónica

'Red' Holloway.
'Red' Holloway.

Fue en un lejano 1974. El cantante de blues inglés John Mayall se hallaba en el apogeo de su popularidad y, por una vez, incluyó España en su agenda de conciertos. Su banda, con la que tocó en Madrid y Barcelona, incluía algunos intérpretes de blues de mediano prestigio y, entre ellos, un veterano saxofonista de patillas en punta y amplia sonrisa: Red Holloway. Si algunos hubiéramos deseado escucharle en otra compañía y en otro lugar —¡ese insonorizable pabellón del Real Madrid!—, aquello no parecía importar a quien saltaba de un género a otro y de un escenario a otro con la alegría de una cabra montesa triscando de risco en risco: “tocaré lo que sea necesario para sobrevivir”, reconoció en alguna ocasión. La frase, de la que podría deducirse que era poco menos que un mercenario, venía con un matiz: “pero siempre trato de descubrir de qué manera puedo meter un poco de swing en al asunto”, añadía Holloway.

James Wesley Holloway, fallecido el pasado 25 de febrero en California, a los 84 años de edad, comenzó tocando el banjo y la armónica. A los 5 años, su familia se trasladó a Chicago, ciudad de bluesmen tórridos y saxofonistas graníticos que Holloway adoptó como modelo. Cursó estudios en el instituto DuSable, del que fueron alumnos Nat King Cole y Dinah Washington, entre otras glorias del jazz. Con su compañero de pupitre Johnny Griffin se subió por vez primera a un escenario; y con Gene Wright, que también cursaba estudios en el centro, empezó como profesional.

Con su reputación consolidada, Holloway acompañó a los más grandes solistas en la historia del jazz: Billie Holiday, Lester Young, Charlie Parker, Miles Davis, John Coltrane, Sonny Rollins, Dexter Gordon o Sun Ra. Una de sus especialidades fueron los duelos con sus compañeros de instrumento, como Sonny Stitt o Plas Johnson.

La condición de bluesman de Red Holloway, consustancial a todo saxofonista nacido o instruido en la ciudad de Chicago, se halla ampliamente documentada en los discos que grabó junto a Memphis Slim, B.B. King, Roosevelt Sykes, Bobby Blue Bland, Jimmy Witherspoon, Muddy Waters, Willie Dixon, Bill Doggett, Jack McDuff y hasta Chuck Berry o Etta James, fallecida recientemente, con la que formó pareja artística. En los noventa, Holloway intentó un regreso a la primera línea como intérprete de bebop, rubricado con algunos discos ciertamente estimables. Para entonces, el veterano jazzista llevaba ya varias décadas ganándose la vida como músico de sesión en la dorada California, aunque siempre añoró Chicago.

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